Lo contábamos cuando parecía ya la única salida que le quedaba a Federico Trillo: en el Consejo de Estado vivían por igual con expectación e incomodidad el regreso del polémico expolítico, exministro y exembajador y, en origen, letrado de este organismo. Pues ha llegado el momento. En sólo unas horas, este mismo jueves, Trillo volverá a ser un simple funcionario y el sentimiento de quienes van a ser sus compañeros no se ha modificado un ápice. Más bien, al contrario.

Diez años de letrado, casi 30 de político

Después del escándalo por el informe sobre el Yak-42 del propio Consejo de Estado, preparado por quienes van a ser sus compañeros letrados, y aprobado unánimemente por los consejeros, Trillo reingresa en el organismo que abandonó en 1989 para iniciar su larga andadura en el PP y en sus gobiernos. Había ingresado una década antes.

Ahora, 28 años después, regresa como letrado mayor. Categoría que ha alcanzado por los trienios que ha ido acumulando mientras desarrollaba su carrera como político. El propio exministro de Defensa, considerado por quienes vuelven a ser sus compañeros responsable de dejación en la supervisión de la seguridad de los vuelos que transportaban a los militares durante su mandato, declaró en una entrevista en la COPE que le parecía “una plaza muy bonita” ésta de letrado del Consejo de Estado. En concreto, según hemos sabido, va a caer en una sala encargada de realizar dictámenes sobre medio ambiente.

Se baja de un coche oficial después de seis lustros

La incomodidad que produce en el Consejo su vuelta, dado el informe referido, no necesita explicación. La curiosidad es igualmente comprensible, si se tiene en cuenta que ahora compartirá pasillo con viejos compañeros de partido y gobierno, como el propio Presidente, Romay Beccaría (el padre político del Rajoy que se ha desvivido estos días por dejar claro que él no tiene nada que ver con lo que pasó con el Yak-42 pese a ser entonces vicepresidente), Isabel Tocino, o Ana Palacio, otra mujer que se sentó en el mismo Consejo de Ministros que él durante años. Por cierto, también se cruzará por los pasillos con una de sus hijas, también letrada del Consejo.  

Para endulzar los malos tragos que pueda encontrarse, Trillo, que el próximo mes de mayo cumplirá 65 años, pasará a tener un sueldo en torno a los 6.000 euros mensuales. Una cifra considerable, aunque con muchos menos pluses en especie, eso sí, que cuando era ministro o embajador; entre otras cosas, Federico Trillo se baja de un coche oficial después de casi seis lustros.