Juan Eslava Galán (Jaén, 1948), experto en historia medieval, cree que Covadonga y Don Pelayo son un mito alentado por el franquismo. “Franco hizo un paralelismo entre la Reconquista y la Guerra Civil. Él creía haber reconquistado España, en manos de marxistas y judíos”, asegura en una entrevista concedida a ElPlural con motivo de la publicación de La Reconquista contada para escépticos’ (Planeta), un ensayo en el que repasa con su ironía habitual los ocho siglos de invasión musulmana en España. Sin embargo, el dictador “manipuló la historia, evidentemente, pero eso no quiere decir que la Reconquista no existiera”, enfatiza.

‘La Reconquista contada para escépticos’ es un nuevo volumen de la serie iniciada en 2010 con ‘Historia de España contada para escépticos’, donde aborda episodios clave de nuestro pasado. Eslava Galán, doctor en Letras y licenciado en filología inglesa, ha escrito sobre la guerra civil, las dos guerras mundiales y la conquista de América, la vida íntima de Franco y la Alemania nazi, entre otros temas. Además, se ha atrevido con la ficción y es autor de las novelas En busca del unicornio (Premio Planeta 1987), El comedido hidalgo (Premio Ateneo de Sevilla 1991), Señorita (Premio de Novela Fernando Lara 1998) y Últimas pasiones del caballero Almafiera (2011).

Franco manipuló la historia, evidentemente, pero eso no quiere decir que la Reconquista no existiera

PREGUNTA (P).- ¿Temes críticas por cuestionar la Reconquista?
RESPUESTA (R).- Acepto todas las críticas. Pero en este libro hay dos o tres páginas donde cito literalmente lo que dicen distintos reyes a lo largo de distintos siglos sobre la Reconquista. No con esa palabra, que es del siglo XIX, pero sí el concepto. Les invitaría a que repasen eso que vienen los reyes y me digan si hubo o no hubo concepto de Reconquista.

P.- Me refiero sobre todo a la visión de la Reconquista que tuvo el franquismo, cuando se utilizó como un símbolo de su visión de España contra los que no pensaban como él.
R.- Ese es el problema. Franco exaltó la Reconquista por lo que tenía de lucha de recuperación, porque él creía haber reconquistado España, que estaba en manos del marxismo y del judaísmo. Él hizo un paralelismo entre la Reconquista y la Guerra Civil y exaltó a figuras como el Cid. Eso es propio del franquismo. Ahora, es absurdo arremeter contra ello simplemente porque Franco lo exaltó. Él manipuló la historia, evidentemente, pero eso no quiere decir que la Reconquista no existiera.

Por la ley del péndulo, ahora resulta que fuimos unos agresores, pobrecitos los moros, tenían una civilización espléndida y nosotros éramos unos bárbaros. Esta idea dominante es tan absurda como la otra.

Observamos un episodio u otro dependiendo de la ideología presente y pasamos factura al pasado desde la ideología del presente

P.- En una sociedad tan polarizada como la actual, ¿es posible preservar la historia de la manipulación? 
R.- La historia hay que estudiarla. La historia es una ciencia que tiene un sistema, pero luego, a la hora de escribirla siempre trata de preservar la ideología de quien la escribe. Eso es inevitable. Es la parte negativa que digamos que tiene la ciencia histórica. Pero aquí estamos manipulando siempre la historia, observamos un episodio u otro dependiendo de la ideología presente y pasamos factura al pasado desde la ideología del presente. 

P.- Volviendo a lo de la polarización, Vox lanzó su campaña para las elecciones generales precisamente en Covadonga y ensalzando a don Pelayo, de quien dijo Santiago Abascal que ‘era un tío con dos huevos’.
R.- Eso son excesos. En Covadonga no pasó nada, aunque sí hubo escaramuzas en el monte Auseva, que está en sus alrededores. Pero bueno, Covadonga es un símbolo aceptado y tiene su sentido. Los mitos también tienen su derecho a existir. En los mitos se fundan las naciones, pero no confundamos historia con mito. Y por supuesto, la manipulación de la historia es igual de mala tanto si viene de la izquierda como de la derecha.

P. Uno de los temas que destacas en el ensayo es que los musulmanes apenas tardaron dos años en conquistar los territorios y a los cristianos les costó recuperarlos ocho siglos.
R.- Tiene su explicación. El reino godo estaba en plena guerra civil, además, la población hispano-romana estaba bastante descontenta por los abusos de la nobleza goda en cuestión de impuestos. Al llegar los invasores se dejan caer en brazos de ellos. Es posible también que hubiera ciertas concomitancias entre el Islam y el arrianismo. No hay que perder de vista eso también. En el libro explico que, después del Concilio de Trento, se produce una gran polarización de los musulmanes frente a los cristianos. Finalmente, permitieron que los cristianos conservaran su religión siempre que pagaran un impuesto, con lo cual al cabo de pocos años la gente se convirtió para dejar de pagar.

Eso explica lo de los dos años. Pero ¿por qué se tarda tanto tiempo en la Reconquista? Los reinos cristianos al principio son poco poderosos y se pelean entre ellos. A lo largo de la Edad Media hay casi más guerras entre ellos que con los moros. Ocurre también una cosa curiosa: hay reyes cristianos muy notables que buscan ampliar su territorio a costa de los vecinos cristianos o a costa de los moros de abajo, pero todo su esfuerzo integrador se deshace porque cuando se mueren reparten el territorio entre sus hijos. 

Los musulmanes nunca han tenido siglo XVIII, delitos y pecados siguen íntimamente unidos. Esas sociedades no pueden progresar

P.- Sería hacer ciencia ficción pensar en qué habría pasado si no hubieran unificado España los Reyes Católicos, pero es cierto que somos lo que somos gracias a esos ocho siglos de presencia árabe.
R.- Hay algo evidente que no podemos negar: somos cristianos porque existió la Reconquista. Si no, seríamos musulmanes y si fuésemos musulmanes, estaríamos mejor donde estamos. Sólo tenemos que ver cómo están los países musulmanes y nos daríamos cuenta... Hay una divisoria fundamental, en el siglo XVIII, el occidente cristiano tiene el Siglo de las Luces, que deslinda delito de pecado. Los musulmanes nunca han tenido siglo XVIII, delitos y pecados siguen íntimamente unidos. Esas sociedades no pueden progresar. Si le sumas que el 50% de la población es de segunda, que son las mujeres... Luego bendita sea la Reconquista.

En España tuvieron un comercio muy vivo con el Mediterráneo, incluso con Europa. Eso funcionó bien, pero desde el punto de vista social, ya menos. Hay una anécdota que cuento de Abderramán III, uno de los más prósperos de Al-Andalus. En una ocasión una esclava del harén le hizo una cobra y ordenó que le quemaran la cara con velas. 

Contrastemos estas cosas. En el siglo XIX vinieron extranjeros a España para buscar oriente, que era más barato. Vino Washington Irving, que hizo los ‘Cuentos de la Alhambra’ o Adolf von Schak quien dijo que en España y Sicilia iban los campesinos detrás del arado recitando versos. Todo eso es muy bonito, pero es solo una visión romántica. La visión real no es tan bonita.

No intento llevar al lector al huerto, intento darle elementos para que por sí mismo pueda estar de acuerdo conmigo o no

P.- Cuando hablas de escépticos ¿a quién te refieres?
R.- A los que prefieren pensar por sí mismos y no creerse las cosas como se las dan, sino someterlas a estudio. Yo expongo datos, procuro hacerlo con cierta gracia para que sea una lectura amable, pero cuando tengo que poner mi pensamiento, lo expongo claramente. No intento llevar al lector al huerto, intento darle elementos para que por sí mismo pueda estar de acuerdo conmigo o no.