El periodista gallego Manuel Jabois ha intervenido esta mañana en su sección diaria "Palmeras Salvajes" en  Hoy por Hoy antes de que comenzara la entrevista de Pepa Bueno al narcotraficante Laureano Oubiña. Jabois, ha analizado la figura de Oubiña, al que ha definido como un "dinosaurio": "Oubiña no ha sido el narco gallego más peligroso, ni el más veterano ni tampoco el más productivo. Además nunca fue condenado por tráfico de cocaína aunque era vox populi. Lo que ocurre es que sí se convirtió en el capo más folclórico por la compra del Pazo Baión y todo lo que significó aquello".

Jabois se refiere al llamado "Falcon Crest", una ostentosa finca con 28 hectáreas de terreno la cual significó la demostración de poder del narco. Pero también significó la caída ya que la compra de tal propiedad por alguien con un perfil tan bajo como Oubiña llamó la atención de un joven Baltasar Garzón: "Es una mansión enorme y alrededor la mayor producción de uva de vino albariño de Galicia, que la tiene en propiedad de repente un simple transportista, que no tiene ni idea de cómo justificar la compra de semejante propiedad". Manuel Jabois considera al Pazo Baión como un símbolo ya que "ahí nacen para España dos figuras, la del juez estrella y el narco al que por fin se le pierde el respeto socialmente. El propio Oubiña fue detenido en pijama tal como lo relata Nacho Carretero en su obra "Fariña". Aquella figura totémica y clandestina que se paseaba en los mejores coches aparece esposada de aquella forma". 

El poder, el dinero y la impunidad, algo que vimos en la película "Scarface" provocan la pérdida de atención y otorgan una sensación de ser intocable. Algo así le pasó a Oubiña: "De repente la impunidad que todo el mundo conocía y callaba en Galicia se convirtió en una exhibición de riquezas y de disparates públicos que acabaron, por supuesto, encerrándolo". Otro tema significativo es la diferencia informativa alrededor de las drogas: "No era lo mismo consumirlas en aquel momento que ahora. Los narcos de la época inundaron de droga a una generación que no tenía información sobre lo que se avecinaba. No es lo mismo empezar a fumar un porro ahora que fumarlo entonces cuando no se disponía de la información necesaria para saber qué pasaba después si uno subía en la escala de la droga".

El periodista gallego no ha querido olvidar a aquellas madres cuyos hijos morían por culpa de las adicciones: "Desesperadas porque ni la justicia ni la sociedad hacían nada y Oubiña a aquellas madres las llamaba "las locas borrachas". Era una época en la que había dos exhibiciones: una la de los yonkis muriéndose en la calle y otra la de los narcos comprando casi pueblos enteros para poder blanquear sus negocios".