Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial son los dos campos en los que las grandes empresas tecnológicas más están invirtiendo. Ambas cuestiones van en paralelo porque se trata de conseguir dispositivos que funcionen de forma autónoma, conectados a la red para su control remoto, pero sólo como supervisión o toma de datos. Y aquí llega el tercer factor, que es el Big Data. Estamos hablando, para entendernos, de robots.

Robots que ya están en todas partes y hasta hablamos con ellos. Es el caso de Siri, una interfaz que se supone te entiende a pesar de ser una máquina y conversa contigo, tomando decisiones. O de las tarjetas de Google, que leen tu correo electrónico, toman tu posición GPS y te avisan de que vas a perder el avión, por ejemplo.

Hablamos de los teclados predictivos, que ya incluso te proponen la siguiente palabra a utilizar en la frase sin llegar a escribir la primera letra de la que tienes pensado. El teléfono piensa antes que tú, por algo tiene un procesador matemático y un software que aplica esa Inteligencia Artificial.

Pero también hay robots en ascensores, coches o contadores de la luz, que hablan directamente con otras máquinas para decirles que necesita mantenimiento, que ha volcado o cuánto estás consumiendo en tiempo real. A eso se le llama Internet of Things y aplicaciones Machine to Machine (M2M). Pero son robots que hacen el trabajo de personas. Unos eran teleoperadores, otros técnicos de mantenimiento y otros sólo iban casa por casa cada dos meses a leer la medición. Ya no.

Actualmente, aunque no tengan forma de androide C3PO, hay robots que pueden ocupar cada vez más puestos de trabajo que hasta ahora sólo podían desempañar humanos. Otros, reducen el número de personas necesarias y como en el ejemplo de los contadores, donde había un pequeño ejército que cubría una ciudad ahora habrá dos o tres que lean los datos enviados directamente al ordenador central. Mejor dicho, sólo habrá quien lo instale por primera vez, porque el ordenador central recibirá los datos en red, y el software de gestión realizará la factura, la enviará por mail al cliente y emitirá la orden de cobro al ordenador del banco donde está domiciliado.

Lo que puedes hacer tú, lo puede hacer un robot

Aún así los entusiastas del futuro aseguran que los trabajos que se eliminan se transformarán en otros diferentes más especializados, limpios y tecnológicos. Que en lugar de operarios sin cualificar habrá ingenieros desarrolladores. Pero a mí no me salen las cuentas. Haz números con los dedos de una mano y calcula cuántos puestos de trabajo hacían falta antes (y ten en cuenta los turnos) para estas tareas:

Conducir autobuses públicos (seis ciudades europeas, como San Sebastián ya tienen bus urbano sin conductor).

Repartir la compra: Amazon y Starship Technologies ya hacen pruebas de envío a domicilio sin repartidor.

Cobrar en el supermercado: cualquier línea de caja de Carrefour, Alcampo, Simply, Decathlón ya tiene cajeros automáticos.

Leer contadores de la luz: Aguas de Valencia, por ejemplo ya instala telecontadores.

Pero, si hacemos un repaso a los trabajos que se pueden sustituir por robots, supuestamente en aras de mejorar la calidad y seguridad, hay de todo. Ya no son “sólo” tareas pesadas y peligrosas como explorar marte o conducir un camión. También, poco a poco, la Inteligencia Artificial va fagocitando puestos de trabajo intelectuales. Por ejemplo:

Componer canciones, redactar noticias, escribir poesía, pintar cuadros como Rembrandt, pasar consulta médica y operar (conozcan al Dr. Bot) o programar publicidad y hasta hacer anuncios.

En realidad, cada día hay cosas que no son trabajo que ya deciden por ti. Facebook decide qué debes leer y qué no, de las marcas y de las noticias (lo llama algoritmo y está basado en lo que leen tus amigos y en los clics que haces), Spotify qué música te gustará… poco a poco, los robots hacen tu trabajo de pensar. En realidad, tampoco necesitamos recordar, porque como ya vimos en ELPLURAL.COM, todo el conocimiento del mundo está a nuestro alcance, en una nube.

Departamento robotizado de Recursos Humanos

Y claro, en un mundo laboral en el que compites con robots, también el proceso de selección lo está empezando a hacer uno, con supuesta Inteligencia Artificial, pero dudo mucho de que también tenga Inteligencia de la humana, la Emocional. De hecho, lo que propone como mejora en la contratación de personal es que evita los prejuicios y las opiniones subjetivas, ya que la máquina inteligente, utilizando Big Data y algoritmos, puede interpretar hasta tu lenguaje corporal. ¿En serio?

A este paso, el problema será que si el director de recursos humanos es un robot, nuestro representante sindical también acabará siéndolo.

Imaginando un futuro de película, en el que los humanos no tengan que hacer esfuerzos físicos ni mentales porque ya están las máquinas, no sé si me gusta mucho o prefiero una sociedad menos ociosa que encuentre el trabajo edificante. Pero lo que sí hemos aprendido de la historia es que la tecnología y la ciencia siempre va por delante de la sociedad y las leyes. Y en el mundo digital los avances son exponenciales. Por eso, mucho me temo que cuando nos queramos dar cuenta, la única forma de trabajar en algo será tener un robot que lo haga por nosotros. Al fin y al cabo, a muchos agentes comerciales y representantes, o repartidores, se les exige vehículo propio para trabajar. Aunque, como hemos visto, la mensajería la realizarán drones. En fin, que si quieres trabajar en la próxima década, más te vale ser ingeniero desarrollador de robots (ojo, que ya hay robots capaces de diseñar a otros robots) o tener uno. Algo así como la película Acero Puro.