El obispo de Cuenca, el opusino José María Yanguas Sanz, se niega a retirar una gran cruz en memoria de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange y las Jons, instalada en la fachada lateral de la catedral de Cuenca, infligiendo así la Ley de la Memoria Histórica, mientras que, paralelamente, abre las puertas de la catedral para la exposición del artista chino Ai Wei Wei, que será inaugurada este martes bajo el slogan “La poética de la libertad”, dentro de los actos que el Gobierno castellano-manhego que dirige Emiliano García-Page ha programado con motivo del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Una muestra que tiene a los derechos humanos como su principal eje cultural e intelectual y que choca, de qué forma, con la empecinada e ilegal negativa del obispado de la Ciudad de las Casas Colgadas de retirar una simbología, hoy por hoy, ilegal y que atenta contra todas las víctimas del franquismo y hace caso omiso de una normativa legal que prohíbe la exhibición de esta trasnochada simbología, impropia de ciudades que, como Cuenca, juegan a la modernidad y a convertirse, por ejemplo, en Capital Gastronómica de España en 2017, además de celebrar este año el vigésimo aniversario de su nombramiento por la Unesco como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Ciudadanos por la República

Este asunto no es nuevo. Desde el mismo año que entró en vigor la Ley de la Memoria Histórica (2007), que recoge la retirada de la simbología franquista, partidos políticos de izquierda, claro, asociaciones y vecinos de la Plaza Mayor de Cuenca, donde se encuentra la catedral y al cruz en honor a José Antonio Primo de Rivera, pidieron la retirada de este ignominioso y ostentoso símbolo. Sin embargo, el obispo ha hecho oídos sordos durante estos años, dando largas a las numerosas peticiones y obviando, incluso, las manifestaciones ciudadanas que como la celebrada el pasado 18 de julio piden a gritos la retirada de la dichosa crucecita. En estas protestas destaca las iniciativas llevadas a cabo por la asociación Ciudadanos por la República que por enésima vez solicita al obispado que aplique la ley.

La visibilidad de una explosión

De ahí que Ciudadanos por la República aproveche la ocasión de la inauguración este martes de la exposición del artista chino Ai Wei Wei para volver a reivindicar la retirada de la cruz en memoria de José Antonio. En este sentido, fuentes de la asociación republicana reconocían a ELPLURAL.COM que con esta protesta “no pretendemos perjudicar esta muestra, que nos parece interesante para la ciudad, sino dar a conocer a las personas que se acerquen a Cuenca a verla que el obispado no cumple con lay ley aprobada para resarcir los derechos de los afectados por el franquismo”.

Fácil, bonito y barato

El colectivo también se ha reunido recientemente con el alcalde  del Partido Popular de Cuenca, Ángel Mariscal, para pedirle que cumpla el compromiso plenario del ayuntamiento. Las mismas fuentes de Ciudadanos por la República están convencidos, y con razón, de que se trata simple y llanamente de una decisión política, y que si no se retira la simbología franquista es porque, sencillamente, “se encuentran cómodos con la misma”, añaden “se lo ponemos fácil, sólo tienen que retirar la placa de José Antonio Primo de Rivera y los manchones con la simbología falangista; si quieren dejar la cruz, pues vale, nosotros nos daríamos por satisfechos".  Nos dicen que lo más triste de este asunto es que habiendo voluntad política la retirada de esa simbología costaría menos de “200 euros”.

Podemos se sube al carro

Ciudadanos por la República cuentan desde hoy con un potente aliado, como es Podemos, que han hecho pública su postura sobre este asunto, mostrando su admiración por el activista político Ai Wei Wei, “por ser un ejemplo de lucha por la libertad y los derechos humanos”, al mismo tiempo que muestran su preocupación “por la imagen que Cuenca pueda ofrecer a los miles de visitantes de su obra que nos acompañarán hasta el próximo noviembre; y el motivo principal de ello no es otro que, a escasos metros de la exposición se encuentra un vestigio de la dictadura”, al mismo tiempo que recuerdan que la cruz de José Antonio “incumple de manera plena la Ley de Memoria Histórica, mientras que la administración local y demás autoridades desvían la mirada, evitando de esta manera proceder a su retirada”.

Opus Dei y PP

No deja de ser coincidente y, por lo tanto, preocupante, que Cuenca esté gobernada por el Partido Popular y que esta formación política se niegue sistemáticamente a aplicar la Ley de la Memoria Histórica, o a condenar el golpe de estado de 1936. Allí donde gobiernan la simbología franquista prácticamente está inamovible desde la dictadura; pocas son las localidades de España donde el PP tiene responsabilidades de gobierno donde se han cambiado callejeros, se han retirado placas y reconocimientos de los golpistas. Si a esta situación política, le añadimos, además, que el obispo de Cuenca, José María Yanguas, es un destacado miembro del Opus Dei (el pasado 26 de junio ofreció en la parroquia capitalina de San Esteban una misa en honor de San Josemaría), entonces, entendemos mejor que tanto ayuntamiento como obispado se sientan “tan a gustito”, nos dicen, con la dichosa cruz dedicada a José Antonio. Y no hay que buscar más explicaciones.