El Gobierno de la Comunidad de Madrid que preside Cristina Cifuentes acaba de confirmar todas las sospechas: los madrileños han estado desde 2003 pagándole a Esperanza Aguirre el recibo de la luz. Durante varios días, Vozpopuli lleva informando sobre cómo Aguirre lleva años remitiendo su factura de la luz a la Comunidad de Madrid, desde que accedió al cargo de Presidenta. Un recibo que de media ha costado cada mes unos 300 euros y que se ha destapado después de que Cifuentes se haya negado a pagar los 5.000 euros que tiene de deuda con Gas Natural Fenosa por culpa del palacete que tiene Aguirre en Malasaña.

La tradición de pagar el recibo de la luz se cortó en 2012, por decisión de Ignacio González. Sin embargo, Aguirre siguió mandando la factura a la Comunidad aun cuando ya no era presidenta, lo que ha generado una deuda de 5.000 euros que Gas Natural Fenosa ha reclamado al gobierno regional y que Cifuentes se ha negado a pagar.

Aguirre, a través de su equipo, ha defendido estos días que el recibo de la luz corresponde a la garita que hay junto a la puerta de carruajes y donde se cobijan los agentes de la Guardia Civil que custodian su palacete. Sin embargo, los números no cuadran, porque las facturas remitidas tienen contratada una potencia de 6,6 kilovatios, lo que según los expertos equivale a un inmueble de 150 metros cuadrados. Además, el gasto que durante estos años han sufragado todos los madrileños ronda entre los 21.000 y los 32.000 euros.

El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha confirmado en rueda de prensa que han estado pagando las facturas de Aguirre hasta 2012 y que en la actualidad existe una deuda de 5.000 euros que no van a pagar. Sin embargo, no se ha atrevido a señalar si las facturas corresponden a la casa o a la garita.

Ha sido en la misma comparecencia donde Garrido ha anunciado que a partir del 1 de diciembre también dejarán de pagar la escolta a Aguirre, que todavía disfruta de protección de la Guardia Civil con cargo a la Comunidad de Madrid. A partir de esa fecha será el Ministerio de Interior quien decida si Aguirre sigue disfrutando de medidas de seguridad extraordinarias. Otra muestra más del desapego existente entre Cifuentes y Aguirre, que se hizo palmario durante la campaña electoral de las municipales, con muchos gestos feos de la lideresa  a su sucesora, quien ahora parece estar cobrándoselo en forma de facturas.