Pablo Iglesias y Albert Rivera



La llegada de nuevos partidos al escenario político español puede contribuir a limpiar las instituciones de corrupción, según un artículo del diario económico Financial Times, que analiza el surgimiento de Podemos, al que califica de “extrema izquierda”, y de Ciudadanos, al que sitúa en el “centro”.

El artículo, firmado por el corresponsal del Financial Times en Madrid, Tobias Buck, bajo el titular “La fractura política en España puede ayudar a limpiar sus instituciones”, apunta las incógnitas que conlleva la situación política inédita en España y el fin del bipartidismo.

El riesgo, la compleja gobernabilidad
El riesgo, según el diario, es que no hay una mayoría clara para garantizar un Gobierno estable. Sin embargo, durante los años pasados critica que el Ejecutivo de turno se ha impuesto el control de “ramas claves del Estado: desde el banco central a la judicatura, pasando por los reguladores e incluso la televisión pública".

Las mayorías y el control político de las instituciones
El partido en el Gobierno tenía manga ancha para hacer en las instituciones. "Muchos de los burócratas, reguladores, jueces, fiscales y periodistas han hecho un trabajo admirable, pero hay ejemplos incontables en los que las instituciones a las que pertenecían no han logrado mantener la distancia necesaria respecto al gobierno de turno, ya fuera de derechas o de izquierdas, en las comunidades autónomas o a nivel nacional", afirma el artículo.

La imposición de leyes
El Gobierno de turno, por parte, ha podido imponer gracias a su mayoría en el Parlamento, sus leyes sin impedimentos a través de reales decretos y ha bloqueado en algunos casos comisiones de investigación. En este punto, el diario británico recuerda que no hay una comisión parlamentaria ahora mismo que investigue los escándalos de corrupción que afectan la vida pública.

La frustración de los votantes
La fragmentación de la política ha llegado por la frustración de los votantes, que no han temido a los discursos de los líderes políticos que advertían de la inestabilidad si no se les votaba a ellos.

Un poder más repartido
"Este argumento puede empezar a resonar, especialmente si algunas comunidades no consiguen formar gobierno. Pero parece más probable que los votantes españoles sepan perfectamente lo que hacen. De hecho, las encuestas recientes no muestran ningún síntoma de que el electorado tema la fragmentación o la inestabilidad política. Los votantes saben que sus decisiones van a traer parlamentos fragmentados, gobiernos de coalición y un sistema en el que poder esté más disperso. Y puede que eso sea lo que les guste", añade el artículo.