Miles de personas asisten a la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, presidida por el cardenal Angelo Amato (c), prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, hoy en el barrio madrileño de Valdebebas. EFE



Lo que a priori no iba a ser más que la beatificación de Álvaro del Portillo, sucesor de Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei, se ha convertido sin quererlo en toda una demostración de fuerza de este movimiento neoconservador que busca a toda costa preservar las esencias del cristianismo. Con los ánimos caldeados a raíz de la retirada de la reforma de la ley del aborto, a nadie le ha pasado desapercibido la multitud que la Obra ha logrado congregar este sábado en el madrileño barrio de Valdebebas.

140.000 personas
Frente a un enorme altar adornado con una serigrafía de Álvaro del Portillo de 24 metros cuadrados, al menos 140.000 personas se han congregado para asistir a la beatificación del sucesor de Escrivá de Balaguer. Según han confirmado los organizadores a ELPLURAL.COM, de todos los asistentes, al menos 40.000 eran jóvenes. Los datos apabullan: 1.600 autobuses procedentes de toda España han acudido al recinto donde se ha oficiado la beatificación. Para que todo saliese a la perfección, el Opus ha echado mano de 3.500 jóvenes que de forma voluntaria han atendido a los participantes de la celebración.

El Opus saca músculo
No queda duda de que el Opus Dei ha sacado músculo en un contexto en el que los movimientos ultracatólicos se afanan en contestar en la calle a un gobierno de derechas que se ha mostrado incapaz de derogar ninguna de las leyes sociales que en su día aprobó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero como la que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo o regulariza el aborto.

Sólo dos ministros
Aunque en la ceremonia no ha habido una mención explícita a la dimisión de Alberto Ruíz Gallardón, sí que ha sido palpable la enorme distancia que por primera vez en democracia separa a movimientos de la Iglesia católica como el Opus Dei respecto al Partido Popular. De ahí la escasa presencia de dirigentes políticos del PP en la beatificación de Álvaro del Portillo. De hecho, los ministros de Economía, Luis de Guindos, y del Interior, Jorge Fernández Díaz, han sido los únicos miembros del Ejecutivo que han acudido a la ceremonia de beatificación.

Miles de personas asisten a la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, hoy en el barrio madrileño de Valdebebas. A la izquierda de la imagen, una serigrafía de Álvaro del Portillo de 4 por 6 metros adorna el altar. EFE



Segunda fila del PP
Al margen de ellos, los demás dirigentes del Partido Popular que han asistido son, sin duda, de segunda línea: el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Borja Sarasola; el exalcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; la presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina; o el presidente del Parlamento de Navarra, Alberto Catalán.

Amato, Varela y Echevarría
La ceremonia ha estado presidida por el delegado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato, quien ha estado acompañado por Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, y Javier Echevarría, obispo prelado del Opus Dei. Amato ha pronunciado en latín la fórmula de beatificación por la que se concede que Álvaro del Portillo sea, de ahora en adelante, beato. Tras esta lectura, se ha descubierto una serigrafía del nuevo beato de 4 por 6 metros.

El milagro del que habla la Iglesia
Finalizada la declaración de Amato, la familia de José Ignacio Ureta, el niño curado por intercesión del nuevo beato según sostiene la Iglesia, ha sido la encargada de portar hasta el altar un pequeño relicario que contiene la sangre de Álvaro del Portillo. El milagro acreditado por el Vaticano consiste en la recuperación de este niño, que a los pocos días de nacer sufrió un paro cardiaco de más de media hora y una hemorragia masiva.