Una reunión secreta en la Zarzuela con el Rey, a la que asistieron Mariano Rajoy, Gallardón y Eduardo Torres-Dulce, fiscal general del Estado, y a la que no se llegó a invitar a Rubalcaba, a pesar de que se habló de ello. El objetivo era trazar un plan de Estado, una hoja de ruta para salvar a la Infanta Cristina de ser juzgada por su implicación en el caso Nóos. El fiscal de este proceso, Pedro Horrach, negó que existiera tal plan, pero ahora su negación está en cuestión.

"Esto se nos va de las manos"
El presidente del Gobierno advirtió en febrero de 2012 al ministro de Justicia que el asunto “se nos puede ir de las manos”, en referencia al cerco del juez Castro a la Infanta en su investigación del caso Nóos.

Las más altas instancias del Estado
La reunión se convocó en Zarzuela y allí se marcaron las líneas maestras para salvar a la Infanta a través de las  más altas instancias del Estado: el Gobierno, la Fiscalía, Hacienda y la Abogacía del Estado. Todas han mirado para otro lado ante las claras evidencias de que la Infanta estaba al tanto y participó de los negocios de su marido en el entramado Nóos.

Rubalcaba pudo estar entre los invitados
De alguno partió la idea de que se debía invitar al líder de la oposición, Alfredo Pérez-Rubalcaba. La idea era: “será mejor traerlo y tenerlo de nuestro lado, porque enterarse se acabará enterando”. Pero finalmente se descartó y no fue invitado.

La Intocable
Todo está escrito en el libro “La Intocable. Cristina, la infanta que llevó la corona al abismo”, escrito a cuatro manos por los periodistas de El Mundo Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta, y que sale a la venta este martes.

Cristina tiró el teléfono a su padre
En él se cuentan detalles de la tensa relación que ha vivido la Infanta Cristina con su familia, como por ejemplo, que colgó “violentamente el teléfono a su padre cuando éste, una y otra vez, le instó por aquel entonces, en los albores del escándalo, a ‘separarse de Urdangarin y a renunciar a sus derechos dinásticos’, aconsejado por el exjefe de la Casa Real Fernando Almansa”.

Cabezas de turco
O que la Infanta y su marido, Iñaki Urdangarin, están convencidos de que “no han hecho nada malo" y que “son simples víctimas de una conspiración para derrocar a la monarquía en España”. Creen que se les ha “condenado a la primera sin pruebas” y “suelen reflexionar que ‘los españoles no se merecen que volvamos a vivir en nuestro país’”.

El caso Nóos forramos
También, que Felipe no perdona a los Duques de Palma que hayan puesto en peligro la Monarquía, de ahí  que se esforzara por desmarcarse del matrimonio. Incluso, “en privado, se permite la licencia de recordar que Letizia fue una de las primeras en dar la voz de alarma sobre este asunto y quien acuñó un hilarante juego de palabras. ‘No es el caso Nóos, es el caso Nóos forramos’, han apuntado los Herederos en más de una ocasión cuando les han interrogado sobre el particular”, según cuentan los autores del libro.