La jerarquía católica sí ha desautorizado al cura falangista, Jesús Calvo, aunque no considera que sus andanadas homófobas sea suficiente motivo para retirarle de su puesto como párroco de la localidad leonesa de Burgo Ranero. Así, el obispado de León ha hecho un comunicado, en el que lamenta sus declaraciones atribuyendo el cáncer de Pedro Zerolo a un castigo de la "divina providencia" o desear la reinstauración de la pena de muerte para acabar con “la basura social” no parece suficiente para que un sacerdote sea sancionado por sus superiores.

Al mismo tiempo defiende que su "labor pastoral" en las parroquias que tiene encomendadas la desarrolla con "normalidad". A lo más que llega el obispado en su tirón de orejas es a conminarle a que deje de hacer declaraciones de índole político. Según el comunicado, la Curia diocesana ya ha hablado con Calvo, que se ha comprometido a "no volver a intervenir sobre estas cuestiones ni en sus propias parroquias ni en medios públicos de comunicación".

Una promesa que no tardaría en romper ya que, Alerta Digital, el medio ultraderechista en el que dio rienda suelta a su homofobia y donde cargó contra Cáritas por ayudar a subsaharianos, asegura en su web que habían hablado con él de la polémica originada. Según explica este medio, estaba "tranquilo aunque no sorprendido por las histéricas y rabiosas reacciones procedentes de los sectores más anticlericales de la sociedad española, lo que a su juicio no hace sino dar validez a sus manifestaciones sobre la fe y la moral", según el relato del periódico. En concreto dijo: "Me siento orgulloso de colaborar en Alerta Digital, un revulsivo de la conciencia nacional y de la tradición católica”.

Éste es el comunicado completo del obispado de León:
Ante las declaraciones de un sacerdote diocesano sobre diversas cuestiones de orden temporal

Con relación a las informaciones aparecidas este sábado día 11 en un diario de alcance regional sobre las declaraciones que el sacerdote de esta diócesis, D. Jesús Calvo, hizo en días pasados inmediatos al programa “La Ratonera” de la página web de Alerta Digital, este Obispado quiere informar de que:

1º) Lamenta estas declaraciones, hechas a título personal y que en algún momento resultan ofensivas para algunas personas, y considera que son totalmente improcedentes en un clérigo, por lo que no pueden ser compartidas en manera alguna por nuestra diócesis.

2º) Ante otras declaraciones similares hechas a diversos medios en fechas recientes, desde la Curia diocesana, en conversación con el interesado, se le hizo ver el deber de abstenerse de la emisión de declaraciones de índole política, siguiendo las normas de la Iglesia, para no ser fuente de división entre quienes tengan acceso a ellas. En ese momento el citado D. Jesús Calvo se comprometió a no volver a intervenir sobre estas cuestiones ni en sus propias parroquias ni en medios públicos de comunicación.

3º) Por las informaciones que posee este Obispado, el compromiso se ha cumplido en lo referente a las parroquias que tiene encomendadas, cuya labor pastoral, por otra parte, lleva a cabo con normalidad.

4º) No obstante, este Obispado seguirá procurando que D. Jesús Calvo, sacerdote de esta diócesis de León, cumpla las obligaciones que, en este terreno, debe asumir como ciudadano de bien y como ministro de la Iglesia, que “debe renunciar a empeñarse en formas de política activa, sobre todo cuando es partidista, como sucede casi inevitablemente, para seguir siendo el hombre de todos en clave de fraternidad espiritual”, como exigen hoy las normas para el Clero.

Ante la gravedad de las afirmaciones del prelado, la jerarquía católica, y en concreto el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, debería poner punto y final a las andanadas de uno de sus sacerdotes, que encima presume de contar con su apoyo. Y hacerlo de forma clara y precisa. Lo de Jesús Calvo no es una anécdota de esta semana. Viene de lejos y ha contado con la vista gorda de sus superiores, por no decir con su complacencia. ¿Llevar la contraria al Papa reivindicando la pena de muerte como doctrina de la Iglesia o cuestionar la ayuda de Cáritas a los subsaharianos forma parte también de la normalidad pastoral de la que habla el obispo de León? ¿De verdad lo cree así señor Rouco?