Beatriz TalegónLas encuestas recientes apuntan  a que habrá una baja participación en las elecciones europeas de la próxima primavera. Incluso más baja que en las pasadas elecciones de 2009.  Los encuestados manifiestan así su desacuerdo con las políticas europeas y consideran, además, que no será Bruselas quien solucione los problemas que afectan a la ciudadanía.

Crece el euroescepticismo sin información
Es comprensible el desapego cuando muchos de nuestros políticos suelen hacer como los malos estudiantes: la actitud del "me han suspendido" y del "he aprobado". Lo que en el contexto de la política europea significa "Europa me obliga a recortar" y "Qué bien gestiono los fondos europeos". Con mensajes como estos es normal que la ciudadanía no llegue a comprender el sentido del proyecto europeo.

Escuchando los comentarios es interesante –y alarmante- observar el nivel de euroescepticismo que está calando en la sociedad. Incluso ya suenan voces contrarias a que mantengamos el euro en nuestro país. Y todo esto sin la información pertinente, sin el diálogo preciso, sin la necesaria pedagogía para poder conocer, de manera suficiente, lo que ha significado y debería suponer Europa para los europeos.

A medio camino de los objetivos
El aumento de la presencia de grupos políticos extremistas y antieuropeístas –sí, han leído bien, contrarios al proyecto de la Unión Europea- en el Parlamento Europeo es cuestión preocupante. La única manera de crear una Europa efectiva y eficaz es precisamente reforzándola, no haciéndola más débil.

Para que nuestros problemas encuentren solución de manera supranacional es necesario dotar a la Unión Europea de herramientas que le permitan actuar. Hasta el momento lo que comenzó como un proyecto de solidaridad entre naciones que acababan de salir de una guerra, con una difícil situación económica y de desigualdad, está a medio camino para alcanzar sus verdaderos objetivos. Y lo que es peor, tiene la posibilidad de nunca llegar.

Más poder para la voz de los ciudadanos, el Parlamento Europeo
Para que Europa sea verdaderamente un proyecto de cohesión, integración, y convivencia en la multiculturalidad es imprescindible desarrollar sus pilares sociales. Pocos cambios ha habido desde la Comunidad Económica Europea hasta hoy en ese sentido. Los países siguen siendo soberanos en cuestiones fiscales, educativas, de empleo y de derechos sociales. El Consejo de Ministros sigue teniendo un peso excesivo en un proyecto que lo que dice pretender es empoderar a la ciudadanía europea. Y para hacerlo posible es necesario que el Parlamento tenga el lugar central que le corresponde.

La situación actual hace necesario un giro en las políticas europeas. Merkel, desplegando la fuerza que le queda sin Nicolas Sarcozy, ha demostrado ya su manera de entender este proyecto: una Europa rendida a sus dictados, donde el poder de la Troika (formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional) da la espalda a la voz de los ciudadanos –el Parlamento Europeo-.

Nos atan las manos, y desmantelan el Estado de Bienestar
En los próximos meses tendrán lugar las elecciones en Alemania. Tenemos toda la atención puesta en la posible llegada del partido socialdemócrata que, sin duda, supondría un cambio necesario en el panorama europeo. François Hollande está esperándolo como agua de mayo y sin duda podría suponer una luz que comenzase a señalar la salida del túnel en el que la Europa neoliberal nos ha metido.

Las políticas recientes, a través de firmas como la del Tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad, no hacen otra cosa más que atarnos las manos mientras se desmantela en un abrir y cerrar de ojos nuestro Estado de Bienestar.

Una Europa que desarrolle sus pilares sociales
La única oportunidad de frenar y cambiar el rumbo es concienciar a la ciudadanía de que la única salida está en Europa y que a vista de lo que está ocurriendo, Europa para ser deberá desarrollar sus pilares sociales.

Las fuerzas del centro izquierda y de la izquierda europea son la opción política para conseguirlo y para ello debemos ser valientes. Un proyecto fuerte y decidido para proponer todos los cambios que son necesarios  tanto dentro de las estructuras de los partidos como en las instituciones.

Regeneración, más democracia, mayor transparencia, programas claros y fuertes. Visión de conjunto. Proyectos con vocación de permanencia y futuro, acabar con el cortoplacismo. Pedagogía y cercanía. Coherencia y conducta. Puntos claves de urgente necesidad.

Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas
@BeatrizTalegon