Protestas contra la privatización sanitaria en Castilla-La Mancha.



Nada más llegar a la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal anunciaba la inminente privatización de cuatro hospitales públicos, la paralización de la construcción de otros tres y el desmantelamiento paulatino de dos. Un año después, la que era considerada mejor sanidad de España encabeza ahora las denuncias ante la Defensora del Pueblo y el descontento ha llevado a la creación de numerosos plataformas ciudadanas que reivindican una sanidad pública, gratuita y de calidad, y no en lo que la ha convertido el PP: hacimientos, listas de espera desorbitadas, cierre de plantas hospitalarias… Doce meses después nadie sabe nada sobre la privatización y “la opacidad es absoluta”, reconoce a ELPLURAL.COM la portavoz y vicesecretaria regional del PSOE de Castilla-La Mancha, Cristina Maestre.

Desembarco de profesionales
El secretismo con el que está llevando Cospedal la privatización de la sanidad castellano-manchega no puede ocultar, sin embargo, el desembarco de numerosos profesionales procedentes de empresas del sector privado, que están siendo fichados por el Gobierno de la también secretaria general del PP. En este sentido, Maestre llama la atención sobre las “coincidencias cada más sospechosas entre los nombramientos como altos cargos en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) de directivos provenientes de empresas privadas que pueden estar interesadas en esas misma privatizaciones”.

“La puerta giratoria manchega”
Cristina Maestre, basándose en las noticias aparecidas el martes en las que sitúan al exconsejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, en la empresa que gestiona el hospital del Tajo que el mismo privatizó, asegura a este medio que en Castilla-La Mancha “la puerta giratoria de la que se habla en Madrid o Valencia entre el sector público sanitario y el privado está funcionando al revés”. O lo que es lo mismo, la empresa privada, con la aquiescencia del Gobierno del PP, está colocando sus peones en la comunidad a modo de “Caballo de Troya” para cuando María Dolores Cospedal abra la espita de la privatización tener ya a sus hombres y mujeres dentro del Sistema de Salud manchego.

Los “troyanos” llegados de Madrid…
Sospechas argumentadas que ponen rostro a estos supuestos “troyanos”, que venidos de Madrid ocupan destacados puestos de alta dirección en el organigrama sanitario elaborado por Cospedal. Así las cosas, sabemos que el actual gerente del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, Rodolfo Antuña, fue el encargado de poner en marcha el hospital del Tajo de Aranjuez, y que también forma parte de otras empresas dedicadas a la venta de seguros médicos privados como Salud S.L, y Medical Marketing Asesore, según la documentación a la que ha tenido acceso ELPLURAL.COM (). Pero hay más “troyanos” todavía, como es el caso del nuevo director de recursos humanos del SESCAM, Miguel Moreno Verdugo, procedente de la empresa de seguros médicos privados DKV, y que, según el portavoz del PSOE en sanidad, Fernando Mora, se trata de una estrategia consistente en “poner en puesto de alta dirección a personas que vienen de ser directivos de empresas sanitarias privadas para que el proceso de privatización de los hospitales de Castilla-La Mancha que anunció Cospedal hace ya más de un año y medio se haga a plena conciencia y por gente que puede tener interés en ese proceso”.

…Y las “troyanas” procedentes de Capio
Y es que la teoría del “Caballo de Troya” adquiere una vigencia escalofriante si a todo esto le añadimos que a finales del pasado año, todos los sindicatos con representación en el sector sanitario denunciaban el fichaje, con contratos de alta dirección, de las nuevas responsables de Enfermería del SESCAM, Natividad Comes, y de la subdirectora de Enfermería del Hospital Virgen del Prado de Talavera de la Reina, Agustina Borrás, ambas procedentes del Grupo Capio, empresa del sector sanitario en la que entre sus directivos se encuentra la hermana del consejero de Sanidad castellano-manchego, José Ignacio Echániz.

Un trío bajo sospecha
Por cierto, algo debe tener la Consejería de Sanidad de Madrid que todos los que han sido sus titulares guardan grandes simpatías con la empresa privada. El propio José Ignacio Echániz, consejero con Alberto Ruiz Gallardón, entre 1999 y 2003, no oculta su cariño por el modelo “público-privado”. Comentario aparte merece su sucesor, Manuel Lamela, el gran privatizador y ahora colocado en una de las empresas favorecidas. En parecidas circunstancias se encuentra el sustituto de Lamela, el polémico Juan José Güemes, que tras adjudicar la gestión de los análisis clínicos de seis hospitales madrileños y 250 centros de atención primaria a BR Salud, luego Unilabs, empresa perteneciente al grupo Capio, abandonó la política para poco después entrar en la nómina de la empresa concesionaria. Un trío, en definitiva, bajo sospecha.