Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas y de Foro Curas de Madrid, es una de las voces que más activamente ha alertado de que el alejamiento de la jerarquía católica de sus bases hace inviable la institución si no se corrige, por lo que ELPLURAL.COM ha contactado con él para saber su opinión sobre el nuevo papa. Bergoglio se está presentando desde que fuera elegido como alguien más próximo y alejado de los excesos del boato de los cardenales al uso, y Villar incluso plantea que viva fuera del lujo vaticano y sin la pompa en los viajes internacionales que ha acompañado a sus predecesores. Advierte en cualquier caso de que si no mantiene la sencillez y la coherencia en su vida y en su labor evangélica, los gestos que se están lanzando ahora pueden ser contraproducentes y la Iglesia católica seguirá caminando hacia "el abismo".

- ¿Cómo recibiste la elección de Bergoglio?
De entrada me produjo sorpresa. El hecho de que sea latinoamericano me parece positivo, estamos acostumbrados a un papa europeo y la realidad de la Iglesia es que Latinoamérica tiene el mayor número de fieles, así que me parece justo. En Argentina ha tenido la oportunidad de conocer las comunidades eclesiales de base, que es uno de los gérmenes de la teoría de la liberación que se compromete con los oprimidos”.

- Su biógrafo subrayó que no había formado parte de la teología de la liberación…
“Pero la conoce y ha estado próxima a ella, con una perspectiva que no se tiene en Europa. Benedicto XVI estaba en guardia contra la teología de la liberación desde el principio y lo demostró. De Bergoglio se ha destacado su espíritu sencillo, ha denunciado la corrupción, el incremento de la exclusión social, su modo de vida denota sencillez y modestia...”

- ¿Puede significar que existe conciencia de la necesidad de un cambio?
“Estoy deseando que no sean solo gestos y constituya el inicio de una transformación seria. O este Pontificado se toma las cosas en serio, casi en dirección contraria a la actual, o se desmorona la Iglesia ante la crisis de credibilidad. No vale el continuismo”.

- Entonces, ¿los cristianos de base estáis esperanzados?
Bueno, más bien a la expectativa. También se recuerda que se ha opuesto al matrimonio homosexual, al aborto, que es bastante tradicional en los asuntos morales. Juan XXIII también lo era y nadie apostaba por él, pero era bueno y su sensibilidad le llevó al aperturismo.

- ¿Y las acusaciones de connivencia con la dictadura argentina?
La jerarquía católica mantuvo silencio ante la dictadura, aunque él entonces no formaba parte de ella. En cuanto a las acusaciones de complicidad, él lo niega, si es cierto debería reconocerlo y reparar a las víctimas de alguna manera. Me gustaría que no fuera cierto, pero si lo es hay que darle la importancia que tiene, que es mucha”.

- Es el primer papa jesuita…
Es muy importante ser jesuita, tiene una organización detrás, se les llamaba el ‘Ejército del Papa’, sus miembros están muy preparados… Y hay muy buenos jesuitas, ahí están los asesinados en El Salvador, Jon Sobrino… Espero que se sepa rodear.

- Redes cristianas, junto con otras plataformas de base, promovéis una vuelta al espíritu del Concilio Vaticano II…
Si va en esa dirección por supuesto que nos sumaremos y apoyaremos, todo lo que sea acercar la Iglesia al pueblo y alejarnos del actual rumbo antidemocrático e incluso antievangélico, donde no se cuenta ni con la mujer ni con los seglares. Si cambia el rumbo encontrará complicidades dentro y fuera, los ciudadanos, y no solo los creyentes, están deseando que la Iglesia retome el rumbo, de que vuelva a crear esperanza.

¿- No contrastará el boato vaticano con el perfil austero y sencillo que se ofrece de él insistentemente?
Ojalá dejara el Vaticano y asumiera otra vida, ¿por qué no? Que no se recluya en la Santa Sede, que no paralice países en sus viajes y se acerque a sus problemas y realidades. Si mantiene la línea de la sencillez volverá a ganar la confianza. Pero si no es coherente sería contraproducente y generará más desconfianza aún… Habrá que esperar, pero si no se cambia el rumbo la crisis es tan profunda que la Iglesia va al abismo.