La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el presidente, Mariano Rajoy, y el vicesecretario regional, Javier Arenas, durante un Comité Ejecutivo.



Unabomber fue un filósofo estadounidense detenido por enviar cartas bomba a distintas instituciones y personalidades norteamericanas. Luis Bárcenas, extesorero popular, todavía no ha sido detenido por mandar supuestamente sobres con dinero “en negro” a distintos notables del PP. Mientras que el primero mantuvo en jaque durante años a la policía yanqui, el segundo tiene sobre las cuerdas a toda la cúpula del partido de la gaviota, acongojada y noqueada por lo que pueda decir el hombre de los 38 millones en Suiza.

Lucha a cara de perro
El caso es que la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, que desde el lunes 18 ha entrado a formar parte “en diferido” de los anales periodísticos de las “cantinfladas”, ha demostrado una preocupante incapacidad para taponar la hemorragia que sufre la derecha española, que amenaza con llegar hasta el Consejo de Ministros sin que la “número dos” del partido haya sido capaz de establecer un cordón sanitario que impida la contaminación de Mariano Rajoy. Tanto es así, que a nadie se le oculta ya la lucha a cara de perro entre la vicepresidenta del Gobierno y la también presidenta de Castilla-La Mancha. Soraya Sáenz de Santamaría acusa a Cospedal de no haber sido capaz de establecer un cortafuegos entre Moncloa y Génova.

“Los cowboys que cruzaron el Tajo”
Inoperancia patente desde que Cospedal decidiera incorporar a cinco de los suyos en el organigrama salido del último congreso que el PP celebró en febrero de 2012 en Sevilla, donde Mariano Rajoy, ahora arrepentido, dio el poder absoluto del partido a la secretaria general. Semanas después, “los cowboys de Cospedal cruzaban el Tajo”, como llama un miembro de la sede de Génova a Vicente Tirado, José Ignacio Echániz, Jesús Labrador…para ocupar sus despachos de coordinadores y secretarios ejecutivos, desconociendo el aparato y los entresijos de la sede madrileña y aportando como única experiencia partidista el trato con algunos concejales y alcaldes populares de La Mancha toledana.

“Los sevillanos” tomaron nota
Mientras que el “clan de Toledo” desembarcaba en Génova y entraba en la séptima planta como elefante en cacharrería, sus antagonistas, esto es, el “clan sevillano”, encabezado por Javier Arenas, vicesecretario territorial, a duras penas podían colocar a Juanjo Matarí al frente de la secretaría de política autonómica. Ahora ha quedado demostrado que “los sevillanos” estaban y están mejor preparados que “los toledanos”. De ahí que los barones pidan en privado el regreso de Javier Arenas, un “fajador capaz de dar la vuelta a la situación y controlar la ‘bomba Bárcenas’, que nos puede estallar en cualquier momento solo por la altanería y soberbia de Dolores Cospedal”, concretan las mismas fuentes.

Arenas no ha visto el finiquito de Bárcenas
Javier Arenas lo sabe y se deja querer, y hace unas horas mandaba un mensaje claro y conciso a su “enemiga del alma”. El hoy responsable de Política Autonómica y Local del PP asegura que él no “ha visto el finiquito” de Bárcenas, aunque a él “le dice la secretaria general que hay un finiquito”. Mientras tanto, este viernes, María Dolores Cospedal, que también conoce las preferencias de los barones por Arenas, aseguraba que “todos los días hablo con compañeros que me trasladan que el partido debe de funcionar como está funcionando: bien, con contundencia, transparencia y claridad”.

Fallos garrafales en comunicación
Pero no solo Cospedal es incapaz de hacer frente a esta crisis, también ha demostrado una preocupante incapacidad en materia de comunicación. “Cómo es posible que la secretaria general no sea capaz de prepararse cinco, diez o veinte respuestas, con veinte mensajes sobre Bárcenas, sus finiquitos, nóminas, empleo…”, señalan las mismas fuentes consultadas por este medio, para seguidamente sentenciar: “el ridículo del lunes no tiene nombre, y todo porque la gente que la rodea en materia de comunicación no tienen ni idea”.

¿Dónde está Isabel Gil?
Razón no le falta a nuestro informante, ya que la comunicación y sus responsables dejan mucho que desear, como queda demostrado cuando Cospedal obligó, supuestamente, a la jefa de prensa del PP, Marilar de Andrés, a llamar el pasado enero al programa “El Gran Debate”, de Telecinco, y anunciar la interposición de posibles acciones judiciales porque los tertulianos hablaban de los pagos en dinero en negro realizados por Bárcenas. ELPLURAL.COM quiso conocer la opinión de De Andrés, pero ésta declinó hacer declaraciones, lo que no nos impide preguntarnos por el paradero de la jefa de prensa que personalmente fichó hace un año María Dolores Cospedal, y que atiende al nombre de Isabel Gil, y que, según las mismas fuentes, se negó a llamar a la tele propiedad del grupo italiano Mediaset, “pasándole el muerto a Marilar”, concretan.

¿Y Fernando Urrutia?
El desastre de la política de comunicación se extiende allí donde “reina” María Dolores Cospedal, quien contrató por una suma considerable a Isabel Gil Llerena, que abandonó Bankia ganando 105.000 euros al año, para sustituir al inoperante Fernando Urrutia, aislado en Toledo, que tiene “prohibido” pisar Génova, pero que tampoco ha sido capaz de evitar el ridículo de su jefa de filas en Castilla-La Mancha, donde hipotéticamente lleva las riendas de comunicación, al menos es el director general de “la cosa”, como dicen en Fuensalida, sede del Gobierno castellano-manchego. La verdad es que Urrutia está más preocupado en desactivar a periodistas críticos que en “vender” la imagen de Cospedal, cada día más deteriorada fuera y dentro de Castilla-La Mancha.