Angeles Alarco, presidenta de Paradores, posa en Madrid, con la Puerta de Alcala detras. EFE Angeles Alarcó, presidenta de Paradores, posa en Madrid, con la Puerta de Alcalá detrás. EFE



Si tienen alguna gestión que realizar hoy en las oficinas de Paradores Nacionales, olvídense. Al contrario que el resto de españoles, los trabajadores de las oficinas centrales de esta empresa pública pueden pasar este 'lunes al sol'. Lo triste es que para 350 de ellos va a ser su 'primer lunes al sol' de muchos otros. Y es que mañana la empresa va a hacer pública la lista de los afectados por el ERE. Eso sí, los que saben que no van a verse afectados, los miembros de la dirección, no estarán allí para ver cómo se reparten las cartas de despido. Les contamos lo que nos cuentan algunos afectados.  

Ojos que no ven, sufrimiento que te ahorras
Como han leído en este periódico y otros medios Paradores inició hace semanas un proceso de regulación de empleo muy contestado por sindicatos y trabajadores. Tan contestado que la empresa, que comenzó anunciando 644 despidos y el cierre de varios paradores, presionada en las calles, pero también en el Congreso, y no sólo por su gestión, sino también sobre el origen de los contratos de la dirección, se ha visto forzada a reducir el ERE hasta 350 trabajadores y el cierre de un solo parador.  

Gente que lo ha vivido, nos dice que los últimos días han sido muy difíciles y de enorme tensión, especialmente en la sede central de esta empresa pública. Tanto que la actual y peculiar dirección de Paradores, de quienes en este diario les hemos informado cumplidamente, tanto por sus dedicaciones y gustos , como por sus devociones, o sus apoyos, ha diseñado un peculiar dispositivo para comunicar a los trabajadores quiénes 'sobreviven' y quienes quedan en el camino. Un dispositivo que permite que la dirección no esté presente, ni siquiera en el mismo edificio, cuando se entreguen las cartas de despido.

Las cajas no con nombres, sino con códigos de barra
Nos lo cuentan así. Hace unos días les dieron a todos los trabajadores la orden de preparar sus cajas. La empresa no sólo está inmersa en un ERE, también su sede central está de mudanza. Deja su vieja sede cercana al Palacio Real, que tuvo que vender hace un tiempo a otra empresa pública, y se muda a otra oficina más cercana al barrio de Salamanca, que es más cercano 'al corazón' de estas directivas. Y con este motivo dieron el encargo de las cajas.

Eso sí, advirtieron a todos que separaran en una caja las pertenencias personales, y en otra las de la empresa. Ya pueden intuir la razón. Aún lo entenderán mejor si les decimos que en esa segunda caja no les permitieron poner sus nombres, sino que la empresa procedió a identificarlas con un código de barras.

A las 8.30, susto o muerte
El viernes pasado, en plena mudanza y pleno ERE, nos cuentan que la tensión en la sede central era muy grande. Tanta que hacia las dos y media de la tarde se dio a los trabajadores de la sede central un comunicado sorprendente: al contrario que el resto de los mortales españoles, tenían el lunes libre. La justificación, que el fin de semana y el lunes se iba a dedicar a realizar la mudanza. En la misma orden se les pedía, sin embargo, que el martes todos, unas 180 personas, se presentaran a las 8.30 de la mañana no en la nueva, sino en la vieja sede. Ahí se les comunicaría su nuevo destino. Perdonen la 'broma' en un asunto tan serio, pero ya saben: susto o muerte.

Esto, los trabajadores. Los directivos ya se incorporarán el martes a la nueva sede. Para ellos no hay tensión, y tampoco tienen, por qué habrían de hacerlo, que soportar la visión desagradable de cómo se comunica el despido a decenas de personas. Ahora, a esperar a ver qué sucede con la empresa. Por ejemplo, a ver si una vez que se ha procedido a 'aligerar' su nómina, se procede a su privatización.., lo que niega el ministro Soria en el Congreso, pero de lo que ya les informamos en ELPLURAL.COM hace unos meses.