El indicador adelantado del IPC publicado por el Instituto Nacional de Estadística ha llegado al nivel más alto de lo que llevamos de año, un 2,2%, debido fundamentalmente a la subida de precio de los productos farmaceúticos. El índice de Precios al Consumo se mantuvo en un 1,9% durante los meses de mayo y junio, y la última subida precedente tuvo lugar el pasado mes de abril cuando también llegó al 2,2% por la subida de la luz y el tabaco.

Baile de precios
El pasado mes de abril el Gobierno de Rajoy aprobaba el Decrteto Ley de medidas sanitarias que, entre otras cosas, instauraba el Copago sanitario para todo el mundo incluído los pensionistas,  anunciaba que habría medicamentos que dejarían de recetarse y además el Gobierno aprovechó para cambiar el sistema de financiación de principios activos. Ese decreto Ley fue tan chapucero y contenía tantas erratas que, tres semanas despues de su aprobación, el Ministerio se rectificó a sí mismo y tuvo que publicar en el  Boletín Oficial del Estado un "documento de correcciones" en el que se estipula que ante una receta, el farmaeútico debe dispensar el "principio activo" que tenga el "precio más bajo".

Los precios de los medicamentos se fijan en una especie de subasta pública que funciona de la siguiente manera: a principios de mes los laboratorios hacen sus propuestas de precios, el Ministerio de Sanidad autoriza como "precio más bajo" al que presente la oferta más barata y, por tanto, los demás quedan fuera del catálago  de recetables. Este sistema ha provocado un auténtico caos, hasta el punto de que el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmaceúticos, Antonio Mingorance, ha afirmado que "un sistema que cambia los precios todos los meses es imposible de gestionar. Es un caos inviable".

Desabastecimiento y cambios de medicina cada mes
La norma de Ana Mato no solo ha provocado el caos en el sector farmaceútico, sino también desabastecimiento de algunos medicamentos y enfado de los pacientes.Hay algunas Comunidaess Autónomas donde empieza a haber problemas de desabastecimiento, especialmente en Galicia, de una veintena de medicamentos. El problema de Galicia es que el sistema de receta electrónica es tan rígido que lo hace inoperativo: si las existencias del principio activo más barato están agotadas, el farmaceútico no le puede vender con receta el segundo más barato, así que tiene que pasar por el trago de decirle al paciente que o pagan íntegramente el medicamento o se van para casa sin él. Pero además la obligación impuesta por el Ministerio de recetar cada mes el medicamento de menor precio lleva a que pacientes con la misma dolencia vean como cada mes, por ejemplo, le cambian la pastilla, lo que povoca malestar e indignación entre los ususarios.

El "medicamentazo" de Rajoy es una auténtica chapuza operativa y de momento solo ha logrado tres cosas: indignar a los ciudadanos, cabrear a los farmaceúticos y que los precios de las medicinas suban. Todo un triplete.