Su Ejecutivo, Sr. presidente, comienza a parecerse a un guirigay o, si se prefiere, al ejército de Pancho Villa. Ello es grave siempre, pero mucho más lo es en estos tiempos revueltos, inestables y  peligrosos para la mayoría de los ciudadanos españoles. El PP, ciento y pico días después de haber formado Gobierno, anda sin rumbo y a la deriva.

“¿Una reflexión personal?”
La derecha está jugando a la defensiva, cada vez más metida en su área, achica balones como puede y, lo que es peor, deja mucho terreno por cubrir. Carlos Floriano –que ha sustituido sin éxito a Esteban González Pons, el cazador, dicen, cazado- pretendió echarle una mano a De Guindos y manifestó que lo dicho por éste no era más que una “reflexión personal”.

Ni los más tontos del lugar
¿Una reflexión personal sobre una cuestión tan inquietante como el futuro de la sanidad en España se hace ante los micrófonos de una cadena radiofónica de primer nivel y gran audiencia? Eso no se lo creen ni los más tontos del lugar. No olvidemos que el principal problema del Gobierno actual es su creciente falta de credibilidad.

Descenso a marchas forzadas
Episodios como el de ayer contribuyen, por lo demás, a que la confianza de la  ciudadanía en el Gobierno Rajoy sea cada vez menor. No hablemos de los mercados ni de las agencias de calificación. Ni tampoco de la opinión pesimista que se observa con facilidad en la UE respecto a España. La imagen de Rajoy está descendiendo a marchas forzadas.

Complots periodísticos
A Rajoy –sobre todo cuando perdió las elecciones de 2008- se le echaron encima muchos descontentos internos, tratando de forzar que dimitiera como presidente del PP. Hubo entonces complots periodísticos, capitaneados por algunos relevantes amigos de Esperanza Aguirre, que soñaba con ser ella la reina del PP. Estuvo Rajoy a un tris de lanzar la toalla y marcharse a su casa.

Tambores aún lejanos
En la actualidad, vuelven a sonar tambores todavía relativamente lejanos. Pero esos tambores pueden acercarse, le guste o no le guste a Rajoy. De momento, Federico Jiménez Losantos  no le ha recordado que llegó a denominarle maricomplejines. Ayer, sin embargo, Losantos, con habilidad perversa, ya escribió en El Mundo que “que pesa la tradición, que es maldición, del maricomplejinismo histórico de la derecha”.

Días aciagos
Lleve mucho cuidado, don Mariano. Le esperan días –al paso torpe que va el Gobierno que usted preside- bastantes aciagos. Y en esta ocasión no tendrá la fortuna de que se le cruce en su camino la crisis, la que le salvó de la quema primero y más tarde desguazó  al PSOE. Esta vez, la crisis puede acabar con usted más pronto de lo que parece.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM