Precisa Obama mantener en su poder estados complicados, si quiere revalidar la victoria que obtuvo sobre John McCain y la pintoresca Sarah Palin hace cuatro años. Noviembre está a la vuelta de la esquina. Florida, por ejemplo, dónde el demócrata Al Gore se dejó la Presidencia por 573 votos frente a George Bush hijo, con un inmenso escándalo al que sólo puso fin el Tribunal Supremo, no sin más polémica. Obama ganó este estado por tres puntos porcentuales de diferencia hace cuatro años, y a día de hoy la media de sondeos le otorga una ventaja de siete puntos sobre los republicanos. Hay que decir que la falta de un candidato nominado en el partido rojo (no ideológicamente, claro está), hace que los márgenes sean por el momento algo altos, y previsiblemente se ajustarán conforme Mitt Romney, con toda probabilidad el elegido dentro de poco, vaya haciendo campaña y gastando dinero en los territorios clave. Los quince votos electorales del tradicionalmente conservador Carolina del Norte serán también vitales, porque aquí Obama se impuso por un escueto 0,4% a McCain, en el único triunfo demócrata desde Carter en 1976. El consenso de los sondeos le da tres puntos de ventaja con tendencia al alza, pero se producen importantes oscilaciones en las que los republicanos han llegado a estar por delante en las últimas semanas. En Pennsylvania, el inquilino actual de la Casa Blanca ganó por más de diez puntos, pero los últimos sondeos le dan ahora sólo tres arriba con tendencia bajista, y eso que todavía no hay foto en el cartel republicano. Son veinte votos electorales los que decide este estado. Iowa, con un resultado en las anteriores elecciones muy favorable a Obama, está ahora dos puntos a favor de los republicanos y subiendo. Seis votos electorales. Colorado, otro estado que dio la victoria al demócrata por cerca de diez puntos está ahora sólo dos a favor y bajando. Nueve votos electorales. Obama mantiene de forma clara  feudos como New Jersey, Massachussets, Minnesota, Nevada u Oregón, además del noreste con Nueva York o Maryland, mientras que los republicanos retienen Missouri, Georgia, Arizona, Kansas, ambas Dakotas y en general el centro y sur del país, además de arrebatar Iowa al contrario. Los estados importantes por número de votos, California y Texas, se mantendrán fieles a lo que votaron hace cuatro años. Uno para cada uno. El primero que llegue a 270 votos electorales el próximo 6 de noviembre, será Presidente. Si los republicanos diesen la vuelta sólo a los cinco estados que citaba al principio (nada descabellado), el resultado del cómputo en todo el país, tomando como referencia los comicios de 2008 y la repetición de resultados en el resto del país, sería de 279 votos electorales para Obama y 259 para el candidato republicano. Sólo haría falta uno más, por ejemplo Illinois u Ohio, que deciden 20 y 18 votos respectivamente, y tienen un historial muy repartido de victorias entre ambos bandos, para poner las cosas al rojo vivo, y nunca mejor dicho. El primero se decanta hacia Obama, pero el segundo aparece entre los que todavía no tienen un color claro.


Los Estados que podrían darle la vuelta a las elecciones




Los que de momento tienen las cosas claras son los gestores de las casas de apuestas. Mientras los sondeos nacionales dan una media de 5 puntos de ventaja a Obama, los jugadores están en 26. Y es que cuando se trata del negocio y el dinero, el análisis político y demoscópico se emplea con mano de hierro entre los apostadores. Aquí no dejan mucho margen para la duda, por lo que no es aventurado decir que las elecciones en Estados Unidos tienen un ganador claro. Eso es ahora, porque queda mucho, y está por ver si Mitt Romney es el candidato cómodo para Obama que todos esperan, o por el contrario es capaz de convertirse en un rival que le ponga las cosas difíciles. Por el momento, lo único complicado es su nominación, con un ala dura de su propio partido que no cede un milímetro, seguramente para asegurarse sin problemas que al menos colocarán al candidato a vicepresidente, inspirado por el siempre polémico y derechista Tea Party. Después vendrá una dura lucha por convencer al electorado femenino, vital para llegar a la Casa Blanca, y que no parece mirar con buenos ojos a Romney.

Ion Antolín Llorente es periodista y blogger
En Twitter @ionantolin