Sin embargo, el proceso judicial en torno a los trajes de Camps ha estado en buena parte en manos del que fuera presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Juan Luis de la Rúa. Sí, sí, aludimos a ese magistrado conservador que, según dijo públicamente el propio acusado, era más que amigo suyo. O sea, este juez tan relevante en el ámbito judicial valenciano  era uno de los amiguitos  del alma, te quiero un huevo, del lenguaraz Camps.

Otra jueza de derechas
Sucedió a De la Rúa, que había rebasado el tiempo de su Presidencia, una jueza llamada Pilar de la Oliva, militante de la Asociación Profesional de la Magistadura, la asociación judicial mayoritaria, escorada hacia la derecha. Añadamos además que Fernando de la Rosa era  consejero de Justicia del Gobierno presidido por Camps. Saltó de consejero a vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

De la Rosa, vicepresidente del CGPJ
Desde esa plataforma, De la Rosa, también miembro de la Asociación profesional de la Magistadura –en declaraciones a Canal 9- defendió firmemente a Camps y no se cortó un pelo a la hora de insultar a Garzón al que, sin prueba alguna, le acusó de “prevaricación”. Lo que hizo De la Rosa fue un mitin televisivo y vulneró los principios del CGPJ, pero este organismo miró hacia otro lado. En todo caso, De la Rosa anunció más o menos lo que ha ocurrido. Garzón pasó de ser  juez a ser un presunto delincuente.

Una infamia
Y así sigue. Lo que han hecho los dirigentes  populares con Garzón ha sido llanamente una infamia. Había que frenar el caso Gürtel  a cualquier precio y están a punto los conservadores de conseguirlo. El icono de los derechistas es Camps y ahí está, jactándose de enfrentarse ante el sistema, como si él fuera un anarquista, cuando no deja de ser más que un  político de la derecha extrema. Se ha ido de rositas, aunque le quede a Camps vencer también en los recursos, lo que está por ver.

Un mea pilas

¿Quién es desde hace más de tres años el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ?  Carlos Dívar. Fue nombrado por José Luis Rodríguez Zapatero y por Mariano Rajoy, que consensuaron la designación de este veterano juez. Es Divar un “mea pilas” y un “conservador tradicional”, mucho más propio del tardofranquismo que del progresismo. Éste fue uno de los mayores errores de Zapatero, que fueron muchos en el ámbito de los nombramientos. Dívar llegó a suspender cautelarmente a Garzón. El coelegido Dívar es más de derechas que el Cid Campeador. Y así, Sr. Zapatero, fue hundiendose el PSOE. No voluntariamente, por supuesto.

Jueces amigos
En fin, que Camps no ha sufrido ninguna cacería socialista. No se haga la víctima porque ha estado protegido y rodeado de jueces amigos o próximos a usted y a su partido. Ninguno de esos jueces era socialista. Más bien, todo lo contrario. Y ahora el Gobierno Rajoy, su Gobierno, barrerá más aún el pluralismo judicial, ya de por sí desequilibrado a favor de los  jueces de la derecha. ¡Hala, Sr. Camps, usted, mientras, a participar o a ver El Gato al Agua! Ése es el mejor camino. Del programa reaccionario de Intereconomía a ministro. O alto cargo. O embajador de España ante el Vaticano. En esta hipótesis, de ser cierta, podrían ir cogidos de la mano a Roma, usted y Dívar.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM