Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel Cruz. ha declarado que "colocó deliberadamente" la camiseta del niño en un cañaveral al quinto día de la desaparición y muerte del menor porque quería "que me atraparan".

"Querían que me encontraran, no podía más, no podía aguantar más ese secreto y no podía decírselo con mis propias palabras a nadie", ha dicho Ana Julia Quezada a preguntas de la fiscal. Frente a lo sostenido en sus declaraciones ante el juez instructor, donde afirmó que lo hizo "porque quería darle esperanzas" al padre de Gabriel Cruz y entonces su pareja sentimental, hoy la mujer ha afirmado que colocó la camiseta porque llevaba "a gente a Rodalquilar para intentar decirles lo que había pasado y no podía".

Dice ahora que quiso confesar a todos lo que había hecho

"No sabía qué hacer", ha declarado cuando la fiscal Elena Fernández le ha señalado que estaba incurriendo en una notoria contradicción.

Con anterioridad, ha indicado que intentó decirle a su hija, que se desplazó de Burgos hasta Almería para participar en el dispositivo de búsqueda, "lo que había pasado" e, incluso, a una prima del pequeño de tan solo diez años a la que también llevó a la finca de Rodalquilar en la que había enterrado al menor. "Quería decirles: esto es lo que ha pasado, pero no pudo decirlo ni siquiera a mi hermana. Tampoco a Ángel. Los llevaba allí para eso. Quería que me atraparan, que me cogieran para calmar mi conciencia", ha afirmado.