El vértigo es una sensación muy molesta de movimiento, de uno mismo, o del entorno, sin que exista realmente. Este síntoma puede ir acompañado de otros síntomas como náuseas, desorientación, dificultad en la marcha o impresión de desmayo inminente.
En muchas ocasiones este síntoma, que se confunde a veces con un mareo, se debe a una alteración del sistema vestibular periférico, que está situado en el oído interno.
Son muchas las personas que sufren vértigos y una parte importante de las mismas tiene dificultades para mantener su rutina diaria. De hecho, según Dr. Luis Cubillos, especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, “en algunos países este puede llegar a ser el tercer motivo de consulta en Atención Primaria” .
"Los vértigos son un síntoma. Pueden ser del oído interno, benignos, aunque incómodos; o una manifestación de un ictus o de algunas alteraciones neurológicas graves", señala este especialista.
Por lo general, son de sintomatología leve y no revisten gravedad. Duran varios segundos durante unos días y después desaparecen. No obstante, advierte “existen algunas enfermedades, como el síndrome de Ménière, que causan vértigos intermitentes a lo largo de la vida del paciente y limitan su actividad normal en periodos de mayor intensidad”.
"Los casos más comunes que encontramos los profesionales sanitarios tienen una duración puntual, pero es importante dejar claro que, si estos síntomas persisten en el tiempo o son intensos, el paciente debe acudir a un especialista o, incluso, si se trata de una crisis muy aguda, a Urgencias", subraya el Dr. Cubillos.
Cómo tratarlos
En lo que atañe al tratamiento de los vértigos que proceden del oído interno, este otorrinolaringólogo recuerda que existen distintas estrategias, aunque las mayor parte de ellas son de tipo farmacológico, en función de la intensidad de los síntomas.
"Cuando son agudos, se llegan a prescribir fármacos sedantes que sirven para corregir el síntoma, más que la enfermedad, y evitar así sensaciones como ‘el movimiento’ de la habitación en la que nos encontramos o la pérdida de equilibrio", precisa.
Del mismo modo, insiste, si los vértigos son muy intensos, hay que tener cuidado y evitar realizar algunas actividades como “conducir o utilizar maquinaria pesada".
Más frecuentes a partir de los 40 años
Según los datos de los que se dispone, la mayor parte de los vértigos se desarrollan a lo largo de la vida, sobre todo, a partir de los 40 años. “Aunque hay vértigos de nacimiento, son muy poco frecuentes”, subraya el Dr. Cubillos, que precisa también que “ el 75 por ciento de los casos, simplemente se pasan y desaparecen”.
En este sentido, el especialista indica también que no hay factores de riesgo claros , como la hieprtension o el colesterol, que si condicionan la aparición de otras enfermedades como las cardiovasculares.