El Valle de Cuelgamuros, anteriormente conocido como el Valle de los Caídos, ha vuelto a cobrar protagonismo en los últimos años, no solo por el ruido político que genera, sino también por el creciente interés turístico que ha experimentado. Después de un largo período de estancamiento, el número de visitantes ha aumentado considerablemente, y actualmente se encuentra cerca de igualar las cifras previas a la exhumación de Francisco Franco. Según los datos proporcionados por Patrimonio Nacional, encargado de la gestión del monumento, en 2024 el Valle de Cuelgamuros recibió un total de 213.949 turistas.

Este aumento en la afluencia de visitantes coincide con la puesta en marcha del plan del Gobierno de Pedro Sánchez para "resignificar" el espacio. El cambio de nombre del valle en octubre de 2022, tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, marcó el inicio de este proceso de transformación. Desde entonces, el atractivo turístico se ha ido recuperando paulatinamente, aunque siempre bajo la sombra de la controversia sobre la gigantesca cruz que preside el lugar y las especulaciones sobre su futuro. En 2021, el número de visitas apenas superaba las 135.000, lo que supone casi 80.000 menos que en 2024. En 2022, la cifra ascendió a 150.000, aunque aún lejos de los niveles actuales.

El proceso de exhumación de Franco en 2019 marcó un antes y un después en el interés por el Valle de Cuelgamuros. Durante ese período, el monumento alcanzó cifras récord de visitantes: 378.277 turistas en 2018 y 318.248 en 2019, con un gran número de visitas previas a octubre, cuando el dictador fue trasladado al cementerio de Mingorrubio en medio de una gran polémica. La expectación mediática fue enorme, y se atendieron más de 700 consultas de medios de comunicación entre solicitudes de visitas, grabaciones e intervenciones. El día de la exhumación, el 22 de octubre de 2019, casi un centenar de periodistas se acreditaron para cubrir el evento.

Sin embargo, la salida de Franco de la basílica, junto con la pandemia de COVID-19, redujeron drásticamente la cantidad de visitantes. Aún así, desde la recuperación post-pandemia, las visitas al Valle de Cuelgamuros han mostrado una tendencia al alza. En 2024, por primera vez en cinco años, el número de entradas superó las 200.000, y si la tendencia continúa, se espera que el monumento alcance nuevos máximos, impulsado por los planes del Gobierno.

Resignificación del Valle

A finales de marzo, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció una inversión de 30 millones de euros para continuar con el proceso de resignificación del antiguo Valle de los Caídos. Esta iniciativa incluye varios proyectos, entre los que destaca la creación de un museo o centro de interpretación, que estará ubicado en la explanada de acceso a la basílica, a los pies de la emblemática cruz. El Gobierno destinará 4 millones de euros a un concurso de ideas, mientras que otros 26 millones se invertirán en la construcción del centro de interpretación, cuyo objetivo es eliminar cualquier vestigio del ensalzamiento franquista y ofrecer una visión más democrática y plural del lugar.

Este proceso de transformación coincide con la conmemoración del "Año Franco", que marca el 50 aniversario de la muerte del dictador. Aunque la respuesta del público al futuro del Valle de Cuelgamuros sigue siendo incierta, lo que ya es seguro es que la polémica política continuará. La Fundación Española de Abogados Cristianos ha solicitado a la Audiencia Nacional que paralice el proyecto, argumentando que el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana está vulnerando las competencias municipales. Por su parte, Vox ha aprovechado el debate para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez, acusándolo de no proteger adecuadamente el monumento. También han señalado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por no haber tomado una postura clara sobre el futuro del lugar.

En cuanto a la Comunidad de Madrid, la administración regional impulsó en la pasada legislatura un cambio legislativo para blindar la cruz del valle, en línea con la "arquitectura religiosa" de la región. Sin embargo, la propia presidenta Ayuso ha reconocido que la Comunidad no tiene competencias sobre el monumento. La única acción tomada hasta la fecha ha sido la declaración de las Escolanías de El Escorial y el Valle de los Caídos como Bien de Interés Cultural.

El futuro del Valle de Cuelgamuros sigue siendo incierto. Aunque el aumento de visitas refleja un renovado interés por el lugar, el debate sobre su resignificación sigue siendo un tema candente en la escena política española. Las medidas del Gobierno de Sánchez y las tensiones generadas en torno al futuro del monumento auguran que el tema continuará siendo un punto de fricción entre distintas formaciones políticas

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