Por norma general, se ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital cuando se sufre un cuadro médico grave que pone en riesgo la vida y se precisa atención especializada continua. Del mismo modo, se pasa a planta cuando esto deja de ser así.

Para ello existen en todos los centros una serie de protocolos. Sin embargo, no siempre es fácil determinar si se precisan cuidados intensivos.

Por este motivo, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, puso en marcha hace siete meses una UCI sin paredes.

Se trata de un sistema de detección y seguimiento que se aplica a todos los pacientes ingresados en planta, que permite identificar de forma precoz al que está en riesgo de deterioro clínico.

"Es un sistema de alerta temprana que nos facilita identificar a los pacientes de riesgo fuera de UCI, independientemente de su lugar de hospitalización, y anticiparnos a su empeoramiento crítico, evitando el ingreso tardío en Cuidados Intensivos", explica a ELPLURAL.COM la Dra.Mª Carmen García Torrejón, jefa de Servicio de Medicina Intensiva (UCI) y Unidad Coronaria.

Equipo de Respuesta Extra-UCI

La UCI sin paredes funciona a partir de una herramienta informática que se ha desarrollado en el propio hospital y que incluye una serie de datos analíticos del paciente y otros de la situación clínica, “fundamentalmente, constantes vitales en los que utilizamos sistemas de monitorización clínica a distancia muy desarrollados, sobre todo, en el mundo anglosajón como EWS o SOFA”, detalla esta especialista.

Mezclando ambos, el sistema lanza una alerta sobre una serie de pacientes, que activa el Equipo de Respuesta Extra-UCI. “Un médico de Cuidados Intensivos revisa los parámetros y determina qué hacer; puede ponerse en contacto con el médico responsable, o directamente visitar al enfermo”, indica.

De esta forma, “cambiamos el canal de ingreso en la UCI”, precisa la Dra. García Torrejón. “Se modifica el flujo de entrada de pacientes, pasando de una forma urgente a una más programada y precoz, lo que redunda en la calidad asistencial del hospital”, añade.

Importantes ventajas

La iniciativa se implementó a comienzos de año como proyecto piloto y los resultados fueron tan satisfactorios que en abril se hizo de forma definitiva.

En este tiempo, su funcionamiento y la aceptación que ha tenido no han podido ser mejores.

Y es que la UCI sin paredes, basada en la coordinación y la comunicación entre profesionales y servicios, tiene importantes ventajas. "Favorece el curso clínico y el pronóstico de la enfermedad, mediante una atención clínica más anticipada en aquellos enfermos en situación de riesgo, y enfatiza la actividad asistencial que se ofrece en el hospital dirigida a la detección precoz del paciente grave", subraya García Torrejón.

Pero, además, permite identificar de forma más eficaz los considerados "pacientes frágiles", y optimizar su seguimiento post-UCI. “Una vez que la persona es dada de alta en la Unidad de Cuidados Intensivos, lo tenemos muy vigilado los primeros días de planta”, indica.

Del mismo modo, la iniciativa facilita detectar también a quienes, por el contrario, “no cumplen los requisitos para ser trasladados a Cuidados Intensivos-principalmente, pacientes en situación clínica terminal- y adecuar el esfuerzo terapéutico a su situación”, concluye.

Prueba de la importancia de este nuevo sistema es un dato: cada día se identifican entre cinco y diez pacientes susceptibles de valoración inmediata.