Las mujeres conocemos sobradamente las serias consecuencias que tienen las actitudes misóginas. Por desgracia, las padecemos a diario. Desde un gesto en el autobús a los índices alarmantes de víctimas de violencia machista que parecen no terminar jamás.

Una nueva investigación realizada por las universidades de Singapur e Indiana publicada en Journal of Counseling Psychology, ha desvelado que tipos sexistas como Trump deberían realizar una introspección de urgencia si no quieren ser víctimas de su propia actitud, ya que el machismo puede llegar a desencadenar serios problemas mentales en los hombres.

¿Un manicomio para misóginos?

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores contaron con 20.000 voluntarios varones, a los que previamente investigaron con el fin de comprobar si cumplían con determinadas características propias de eso que llamamos masculinidad: competitividad, asunción de riesgos, necesidad de control emocional, promiscuidad sexual, autosuficiencia, poder sobre las mujeres, desprecio por la homosexualidad, violencia y búsqueda de un alto estatus social. Para su sorpresa, los que mejor encajaban con este perfil mostraban una salud mental y emocional mucho peor que el resto.

En concreto, tres de estas actitudes tenían peores consecuencias sobre la salud mental de los hombres: la promiscuidad sexual, la autosuficiencia y el ansia incontrolable de dominar y estar por encima de las mujeres. Según sospechan los investigadores, el comportamiento de los misóginos les priva de amistades y relaciones de forma significativa, cuestión que puede conducirles no solo a la soledad, sino a una depresión severa.

Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Y peor. Según los científicos, los varones más machistas son los menos propensos a buscar ayuda psicológica para tratar sus problemas emocionales.

Otro punto de vista contra el machismo

Joel Wong, autor principal del estudio y profesor asociado en la Universidad de Indiana (Bloomington) cree que estos resultados podrían animar a la sociedad a observar el sexismo no solo como una injusticia social, sino como un comportamiento pérfido que afecta seriamente a la persona que lo adopta.

Según explicó Wong en una entrevista a Mashable, "es un efecto búmeran. No solo afecta a las mujeres, sino también aquel que practica este comportamiento".

Mientras que estudios anteriores han insinuado tímidamente esta dinámica, la investigación de Wong y sus colegas sintetiza los resultados de 74 estudios en los que se investigó a 20.000 participantes durante más de una década. Los resultados que han observado proporcionan una seria evidencia de que ajustarse a ciertos parámetros considerados 'masculinos' está asociado con la manera en que se forjan en nuestra sociedad algunos hombres miserables.