El bumping es una técnica inventada por cerrajeros en los años 70 en Dinamarca que se empleaba para abrir las cerraduras cuando no se tenía la llave. Hasta ahí todo perfecto, pero el problema surge en los años 2002-2003, cuando esta técnica para abrir cerraduras se populariza entre las bandas especializadas en robar pisos, bandas en muchos casos con preparación militar que se dedican a robar en objetivos muy seleccionados como viviendas de lujo. La Técnica permite el acceso de forma silenciosa y sin dejar rastro alguno.
El bumping consiste en insertar una llave especial, que se puede conseguir en cualquier sitio, incluso se puede comprar en internet, que cuenta con los dientes en la posición más baja a la que llegan los pistones de la cerradura. Se inserta la llave y se golpea. Gracias a los golpes se consigue que se separen los pistones de los contrapistones, consiguiendo que la llave gire.
El bumping es un método de robo limpio que no usa la fuerza para abrir una cerradura y que no causa desperfectos. Después de forzar la cerradura, la llave funciona con toda normalidad como si no hubiera pasado nada.
Se trata de un método para abrir una cerradura muchísimo más sencillo que el de ganzúa. Para manejar una ganzúa se necesita bastante pericia por parte del ladrón y se requiere emplear un buen rato manipulando la cerradura para alinear los pitones y conseguir que la cerradura gire.
El problema viene de que hoy en día se encuentra muchas viviendas y recintos con un nivel de seguridad muy básico debido a la falta de conocimiento del propietario o a la falta de presupuesto, ya que en muchas ocasiones no solo es necesario cambiar el bombín, sino que hay que cambiar toda la puerta, con lo que el presupuesto se encarece notablemente.
En internet cualquiera puede encontrar vídeos explicativos de cómo hacer bumping. Con estas explicaciones cualquiera puede acceder con extremada facilidad a cualquier cerradura mecánica, incluyendo las de seguridad. Se estima que el 80% de las cerraduras mecánicas podrían abrirse fácilmente.
La opción para evitar el bumping es sencilla, instalar una cerradura con sistema antibumping. Estas cerraduras cuentan con sistemas complejos de pitones, además no son ganzuables ya que cuentan con sistemas de pitones repartidos de forma radial que hacen imposible el uso de la ganzúa y encima son resistentes a la cizalla. Los bombines que sobresalen de la puerta se pueden cortar y así se tiene acceso al mecanismo interno.
Cada fabricante ha inventado su sistema de funcionamiento a su manera, para conseguir que los pitones internos de la cerradura se alineen y puedan saltar, así como tecnologías anti extracción,resistentes al taladro.
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