Ayer se celebró la romería en honor al Santísimo Cristo de Xende, en la que se volvió a recuperar la tradición de procesionar llevando en ataúdes a voluntarios vivos, después de no realizarse el año pasado. Dentro de los cinco ataúdes que levantaban, en cuatro de ellos había adultos y en el otro un bebé.

Esta actividad se lleva celebrando durante siglos en varias localidades de Pontevedra, entre ellas A Lama. En este municipio, los romeros desfilan en el interior de un féretro como ofrenda, normalmente por haberse curado de alguna enfermedad grave o que la ha sufrido algún familiar directo, según informa La Voz de Galicia.

Así, desde primera hora del domingo se sucedieron los oficios religiosos, que congregaron a cientos de vecinos, romeros y penitentes. Alrededor de las doce del mediodía tuvo lugar la misa solemne, y después salió la procesión acompañada por la Banda de Música Agrupación Músico-Cultural de Ribadumia, cuando desfilaron los cinco ataúdes ocupados por cinco ofrecidos.

Parece ser que esta tradición se remonta al siglo XVII y, aunque se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, hace pocos años volvió a instancias de un grupo de vecinos. Además de esta, otras tradiciones son rodear un cruceiro nueve veces o completar el vía crucis descalzos o de rodillas.

Antes de todo, pasearon las imágenes llevadas por los romeros desde las parroquias cercanas hasta el atrio de la iglesia de Xende, en un acto de homenaje al Santo Cristo, destacaron desde el Concello de A Lama.