Este viernes Daniel Sancho, hijo del afamado actor español Rodolfo Sancho, fue detenido en Tailandia como sospechoso de un homicidio que finalmente confesó durante el interrogatorio del sábado. En él admitió su culpabilidad tanto en el asesinato como en el desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, de 44 años, con quien presuntamente mantenía una relación sentimental.
Aunque aún no se han presentado cargos formales en su contra, el español enfrenta graves acusaciones por el crimen perpetrado el pasado martes en un hotel de la isla de Koh Phangan, al sureste del país. Allí, las autoridades descubrieron restos humanos dentro de un saco de fertilizante, y tras la detención de Sancho, este confesó el homicidio, según el relato policial recogido por el Bangkok Post.
El jueves, dos días después de cometer el asesinato, Sancho denunció la desaparición de su amigo en la misma comisaría donde está ahora bajo custodia policial. En ese momento los recolectores de basura ya habían encontrado varios restos humanos. Concretamente se hallaron una pelvis e intestinos cortados. Llegado el viernes, el español fue interrogado sobre dicha desaparición, pero este negó cualquier implicación en el caso.
Ese mismo día, se encontraron más restos humanos en una bolsa negra en la que también había una camiseta negra, unos pantalones cortos y dos calzoncillos rojos. Los agentes de policía sospecharon que los restos pertenecían al hombre colombiano desaparecido y acudieron al lugar acompañados de los forenses.
Durante la investigación llevada a cabo las horas siguientes, los agentes descubrieron que Sancho había comprado un cuchillo, guantes de goma, una esponja de cocina, una almohadilla de limpieza y una botella de detergente el martes en el que se perpetró el homicidio. Y al llevar a cabo el registro de la habitación de hotel en la que se hospedaba Daniel Sancho, la Policía encontró restos de sangre, grasa y pelo en los desagües, aunque el frigorífico, el baño y el fregadero habían sido limpiados.
El domingo se reconstruyen los hechos
Este domingo, la policía tailandesa ha realizado una reconstrucción del presunto asesinato de Edwin Arrieta, con la participación de Daniel Sancho. La reconstrucción ha incluido visitas a varios lugares de la isla, incluida la playa Haad Rin, donde se supone que estuvieron juntos poco antes de la desaparición.
Una vez finalizada la reconstrucción, el sospechoso ha regrasado a la comisaría de Koh Phangan, donde se ha reunido con altos mandos de la Policía de la isla en una sala de conferencias. Una reunión en la que se ha podido ver a Sancho sin las esposas y acompañado por varias personas. El siguiente paso será que el sospechoso sea trasladado este lunes a la vecina isla de Samui, donde deberá comparecer ante el tribunal.
Hallan un kayak presuntamente utilizado por Sancho
Durante la jornada del domingo se ha hallado, además, un kayak que presuntamente fue utilizado por Daniel Sancho para trasladar los restos descuartizados de la víctima. Se sospecha que usó la canoa para arrojar una maleta en la que se encontraban dichos restos.
El kayak ha sido encontrado en la playa de Salat, a unos 300 metros del hotel donde se llevó a cabo el asesinato. El kayak pertenece a dos mujeres identificadas como "Tuk" y "Kanda", quienes han declarado que Sancho les pidió alquilarlo el martes alrededor de las 21:00 horas. Las propietarias en un primer momento se negaron a alquilarlo debido al peligro de navegar de noche, pero el español les ofreció comprarlo por 1.000 dólares, y aceptaron su oferta.
Sancho declara por primera vez ante la prensa: "Me tenía como rehén"
En una entrevista con la agencia de noticias EFE, Daniel Sancho ha confesado su culpabilidad en el asesinato de Edwin Arrieta asegurando que lo hizo porque sentía que era su rehén: "Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho", afirmó Sancho ante sus abogadas de oficio tailandesas y varios agentes en la comisaría de policía. De esta manera, el sospechoso niega haber tenido una relación sentimental con la víctima, a quien acusa de estar obsesionado con él y de amenazarle.
Finalmente, cuando los periodistas le preguntaron si había sido presionado por la policía para declararse culpable, el español respondió: "No me sentí cómodo, pero tampoco forzado", añadiendo: "Sentí que tampoco tenía ninguna otra opción. Me tomaron pruebas de ADN y eso es todo. Eso es todo".