Poco a poco, China va recuperando la normalidad tras la epidemia del coronavirus que ha tenido su origen en el gigante asiático y que actualmente se ha propagado a la mayoría de países de todos los continentes, con España como una de las regiones más afectadas.

Sin embargo, esta vuelta la normalidad en China no es total, ya que la Covid-19 ha dejado atrás un panorama que el gigante asiático no quiere volver a vivir. Por ello, y para evitar una segunda oleada de contagios, la policía china trabaja desde hace varias semanas con unos cascos especiales que miden la temperatura en tiempo real de cada persona.

En concreto, esta tecnología tiene un batería que dura ocho horas, y funciona con rayos infrarrojos. Gracias a esto, pueden tomar la temperatura corporal de todo aquel que se encuentre en un radio de cinco metros de distancia. Asimismo, estos cascos pueden detectar a aquellos con altas temperaturas, que pueden estar contagiadas de coronavirus, de entre cien personas en pocos minutos.

Un invento que es especialmente útil en espacios abiertos de gente, puesto que permite a la policía detectar muy pronto a un potencial propagador del virus, reduciendo de esta manera la posibilidad de que este a su vez contagie a más personas.