La Fiscalía pide 107 años de prisión para el que ha sido bautizado como el ‘Pelicot catalán’, un hombre de Barcelona que ofrecía sexo a una menor desde los 12 años a través de aplicaciones para ligar y de Instagram con el objetivo de que otros adultos la violaran. Mientras tanto, él dirigía las sesiones y grababa los abusos.
Electricista de profesión, se trata del líder de una red de pederastia destapada por los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía de Barcelona. Es imposible que el caso no recuerde al del francés Dominique Pelicot, si bien en este caso la víctima no es la pareja del acusado, sino una menor al que el acusado explotó para violarla y prostituirla durante varios años, según ha confirmado este lunes la Cadena Ser, que ha tenido acceso a toda la documentación. El presunto culpable de los hechos está a un paso del juicio después de que el juzgado de Instrucción 7 de Barcelona lo haya procesado por una docena de delitos sexuales.
El responsable de los hechos era un electricista de 45 años de edad y llevaba una vida aparentemente normal. Hace cinco años conoció a la víctima a través de la aplicación de citas Badoo. Mientras tanto, ella tenía por aquel entonces 12 años, era víctima de bullying en el colegio y vivía tutelada por la Generalitat de Cataluña en un centro de menores de Hospitalet de Llobregat, dado que su madre estaba enferma y no podía hacerse cargo de ellas, tal y como ha confirmado el medio mencionado.
La Fiscalía emite que la víctima “tenía muy baja autoestima”, situación de la que se aprovechó el acusado siempre “guiado por un ánimo lascivo”, con el que se ganó la confianza de ella por conversaciones por redes y videollamadas. Consiguió por esta vía que la víctima “se hiciera fotografías y vídeos en ropa interior, desnuda o masturbándose”.
Entre mayo de 2020 y octubre de 2021 recopiló casi medio centenar de fotografías sexuales de la víctima. Sin embargo, lo peor del caso estaba por llegar y lo hizo pocos meses después de la recopilación de esas instantáneas, cuando un día el acusado propuso a la menor verse en el centro comercial Finestrelles de Esplugues de Llobregat. De ahí el hombre la llevó a Barcelona, donde a pesar de una primera negativa la terminó convenciendo de tener relaciones sexuales en la que se tradujo en la primer agresión de muchas.
El acusado aprovechó asimismo aquellos días para convencer a la víctima de dejarse hacer fotos, grabarla e incluso tener prácticas sexuales, algunas de ellas de dominación. Otros de los actos pasaban por grabarla sin que ella lo supiera, en momentos en los que, por ejemplo, se encontraba mirando el móvil. En estas, él se acercaba y la besaba o manoseaba para después intercambiar ese material con otros pedófilos.
Suplantó su identidad y "ofreció a usuarios mantener relaciones grupales"
El agresor utilizó una foto de la víctima, creó una cuenta en la aplicación Lovoo y otra en Instagram simulando el perfil de la chica, según escribe textualmente Francisco Miralles, el juez del caso, en el auto de procesamiento al que ha tenido acceso la emisora de radio. El fiscal añade que “ofrecía indiscriminadamente a usuarios mantener relaciones sexuales grupales”, según emita el responsable jurídico. Así, suplantaba la identidad de la víctima y el “ofrecía indiscriminadamente a usuarios mantener relaciones sexuales grupales”. Después, el acusado contactaba con los usuarios interesados desde otro perfil con un nombre real para cerrar citas en su vivienda.
Al menos se produjeron una decena de encuentros con otros seis adultos. En todos los encuentros, estas personas violaron a la menor cuando ésta tenía 13 y 14 años. El encargado de dirigir estos encuentros fue el primer acusado de estos actos, que se encargó de grabar “no menos de 20 vídeos de la víctima desnuda, penetrada por él o por terceros en diferentes posturas y encuadres”, según emite el discal.
A todos ellos se los está investigando en otra causa separada en el Juzgado de Instrucción 7 de Barcelona, que ha analizado decenas de agresiones a una decena de menores más. En total, han descubierto 250 vídeos de este tipo en casa del acusado.