El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, ha anunciado este sábado que se suspende la Semana Santa este 2020 debido al coronavirus. 

Una drástica medida que el alcalde se negaba a adoptar. De hecho, hace unos días llegó a decir que para dar ese paso, le tendría que convencer la mismísima Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, a raíz de la propaganción del virus, Espadas ha aceptado lo que desde hace unos días ya parecía inevitable. 

Con esta suspensión, la ciudad pierde 400 millones de euros y Andalucía una de las celebraciones populares más espectaculares. 

En un comunicado, el Ayuntamiento señala que el alcalde, Juan Espadas; el arzobispo, Juan José Asenjo; y el presidente del consejo, Francisco Vélez, han  han acordado esta mañana la dolorosa medida, tras analizar la declaración del Estado de Alarma en toda España los próximos 15 días, así como las medidas tomadas por las administraciones para hacer frente a la evolución de los casos de coronavirus y frenar en la medida de lo posible su avance.

"En coherencia con la información que facilita la autoridad sanitaria, que ha ido gradualmente agravándose, para la toma de medidas limitativas de la concentración de personas en espacios públicos o de los desplazamientos, consideramos que hay motivos de salud pública suficientemente justificados para suspender los desfiles procesionales en la vía pública", subraya el Ayuntamiento.

En este sentido, el consistorio aclara que es su obligación y la de todos los ciudadanos cooperar en la consecución de los objetivos que se plantea nuestro país en esta cuestión en la actual coyuntura.

El Ayuntamiendo también subraya que esta decisión representa "el sentir de la autoridad religiosa" que, a través de la Conferencia Episcopal, manifestaba este viernes su voluntad de suprimir procesiones para contener la propagación del coronavirus, evitar concentración de personas y tomar las medidas necesarias. Asimismo, en los últimos días y en consonancia con el crecimiento de los casos de afectados en toda España y el llamamiento de las autoridades a la disciplina social más estricta para conseguir frenar esta evolución, "constatamos el consenso social y la práctica unanimidad de convencimiento y compresión de la sociedad sevillana ante la necesidad de tomar una medida tan dolorosa como justificada".