El escritor y catedrático de Derecho Constitucional Octavio Salazar acaba de publicar ‘#WeToo. Brújula para jóvenes feministas’ (Planeta) con la intención de que entiendan y hagan suyo el feminismo. Esta nueva guía contra el machismo, dirigida especialmente a ellos, llega apenas un año después de publicar ‘El hombre que no deberíamos ser’, una especie de decálogo para desterrar los mitos del machismo.

¿Nunca es tarde para educar en el feminismo?

No, pero quizá deberíamos empezar antes, desde pequeños. La educación debería ser muy distinta y dirigida a desarrollar una serie de capacidades que actualmente no se entienden como masculinas. Se sigue educando a los chicos para ser los machotes, los hombres de verdad, los exitosos e incluso los violentos, con el tremendo coste que implica para la sociedad, para las mujeres y para nosotros mismos.

¿Qué consejo le darías a padres y madres con hijos adolescentes?

Quizá deberían ser ellos los primeros en educarse en igualdad. Más allá de eso, la enseñanza no debe estar basada en el discurso sino en la práctica cotidiana en el contexto familiar. Es muy importante ese compromiso personal en lo cotidiano, aunque a veces resulte complicado dado que todos llevamos un machista dentro consecuencia de nuestra educación y nuestra cultura.

Les recomendaría que no tengan miedo a equivocarse y cometer errores. A mí la paternidad me ha demostrado que soy un hombre vulnerable y lleno de dudas y que me equivoco todos los días. Pero el modelo de masculinidad del machismo es justamente lo contrario y es omnipotente: nosotros somos la autoridad y no nos equivocamos nunca.

¿Cómo puede un joven escapar del modelo de masculinidad tóxico?

Se debe trabajar en la construcción de nuevos referentes y que entiendan que ser hombre no es ser el chulo, el machote o el modelo que sale en las películas y los vídeos musicales. Tendríamos que dar a los más jóvenes otro tipo de referentes de hombres que no les importe demostrar sus emociones, que se sienten vulnerables o que lloren en público. Sus referentes son futbolistas, los Maluma de turno, el actor que luce músculo, porque no está en el imaginario otro tipo de masculinidades. Mientras, las chicas cada vez tienen más referentes de otras mujeres que no son princesas: de mujeres poderosas, científicas, con valía profesional a las que ellas pueden parecerse.

¿Tras lo visto el pasado 8 de marzo con la manifestación del 8 de marzo, hay motivos para el optimismo?

Estamos en un momento un tanto ambivalente. Vemos a partidos que han convertido la lucha contra el feminismo en el eje de su discurso y partidos como VOX, que están dispuestos a derogar las leyes de género. En paralelo nunca antes había habido a nivel mundial una movilización tan importante como la que ahora representa el feminismo. Pero lo importante no es el 8 de marzo, que también, sino al día siguiente. Este año, en el que vamos a tener varias elecciones, deberíamos estar muy atentos a ver qué dicen al respecto los partidos políticos.

Lo más triste de las pasadas elecciones en Andalucía es que se hayan utilizado los derechos de las mujeres como eje del discurso político

¿Qué le parece el discurso reaccionario de VOX?

Lo más triste de las pasadas elecciones en Andalucía es que se hayan utilizado los derechos de las mujeres como eje del discurso político. Me ha parecido rastrero que hayan jugado incluso con la violencia de género.

Es un discurso muy facilón, construido sobre presupuestos muy dogmáticos que exigen al elector muy poca complejidad mental porque lo desbrozan todo en términos de blanco o negro sin matices. Es un discurso muy populista que engancha en momentos de crisis e inseguridades. Frente a eso nos encontramos unos partidos de izquierda que están ahora mismo desubicados con respecto a cuáles deben ser sus propuestas de izquierda. Están más pendientes de sus egos y sus propias miserias que cuál es su alternativa.

No tiene ningún sentido, por ejemplo, volver a la ley del aborto del año 1985 ni es un problema en la sociedad española, ni genera inquietud. Eso no puede ser una prioridad política como pretenden algunos.

¿Se está generando un problema que no existía?

Efectivamente. Hay que estar muy alerta. Muchas compañeras feministas tienen cansancio de tener que volver a explicar lo que llevamos años explicando. Todavía hay mucha gente que cree que feminismo es lo contrario de machismo, por eso cito la frase de Ana Miguel, que dice que lo contrario del feminismo es la ignorancia. Al final lo que hay es mucha ignorancia y prejuicios sobre lo que es el feminismo y provoca cansancio de tener que explicar lo obvio.

Los derechos de las mujeres siempre han estado ahí en la cuerda floja y en los momentos de crisis económica, política… son los que primero que se recortan.

El amor romántico sigue perpetuando un rol dependiente, sometido y devaluado de la mujer en la relación amorosa

Hay un capítulo en el libro en el que hablas de los mitos del amor romántico ¿constituyen una de las mayores amenazas para la igualdad entre hombres y mujeres?

El amor romántico sigue perpetuando un rol dependiente, sometido y devaluado de la mujer en la relación amorosa. Todos esos mitos de la media naranja, la complementariedad, los celos como una expresión del amor, etc son el mensaje que la cultura machista lanza a las mujeres para convertir el amor en el centro de sus vidas

El cine de Pedro Almodóvar, por ejemplo, está lleno de mujeres que sufren por amor. Aunque parezca una visión rompedora, es todo lo contrario. Son mujeres que están absolutamente hechas polvo por culpa de los hombres. Y ese imaginario es el que siguen recibiendo las chicas a través del cine, con películas como Crepúsculo.

¿Qué otros riesgos ves entre los más jóvenes?

Le dedico otro capítulo a cómo entienden la sexualidad. Se están maleducando con el porno al que acceden fácilmente desde su ordenador o móvil y que está incluso al alcance de menores. Suele ser un contenido devaluador de la mujer, agresivo y violento. Frente a eso sigue sin haber una educación en los colegios y en las familias es un tema tabú en el que no entramos. Además, cada vez chicos más jóvenes consumen prostitución y es otro dato que va ligado al anterior.