El Observatorio de Sostenibilidad ha lanzado el informe “Inundaciones 2024: Muertes Evitables”, un documento que advierte sobre la urgencia de adoptar medidas de prevención para enfrentar el riesgo de inundaciones en España. Además de aportar un análisis exhaustivo sobre los daños provocados por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) de 2024, el informe incluye un visor que permite a cualquier ciudadano comprobar si su vivienda está en una zona inundable, mediante el cruce de mapas de ocupación del suelo y líneas de inundación con recurrencia de 10, 100 y 500 años.

Más de un millón de personas en zonas de riesgo

El análisis del Observatorio revela que, ya en 2021, más de un millón de habitantes residían en áreas de riesgo de inundación medio en las principales ciudades de España, en su mayoría sin conocimiento de este peligro. Murcia, con más de 260.000 habitantes en áreas expuestas; Barcelona, con casi 97.500; Valladolid, con aproximadamente 83.000; Sevilla, con cerca de 54.000; y Valencia, con alrededor de 40.000, son algunas de las urbes con mayores cifras de población en riesgo. Estas zonas vulnerables se ubican generalmente cerca de ríos o en áreas de baja altitud, donde la ocupación urbana ha avanzado sin considerar los riesgos hidrológicos.

Los datos muestran que la falta de conciencia sobre el peligro de inundación es alarmante. En un contexto de emergencia climática, con eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos, esta ignorancia puede tener consecuencias fatales. La DANA 2024 es un trágico recordatorio: hasta la fecha, los fenómenos asociados a esta DANA han causado más de 220 muertes y afectado a más de 150.000 personas, además de provocar destrucción en infraestructuras críticas, como carreteras, plantas de agua y redes de transporte.

Las zonas más vulnerables y sus habitantes

Una observación inquietante del informe es la relación entre riesgo de inundación y nivel socioeconómico. Casi dos tercios de los afectados por la DANA 2024 tienen ingresos inferiores a la media nacional, lo que limita gravemente su capacidad de recuperación ante los daños materiales. En Valencia, una de las provincias más afectadas, las riadas destruyeron 657 hectáreas de áreas residenciales, 1.160 de polígonos industriales, 51 de espacios educativos y 30 de zonas comerciales. La pérdida de infraestructuras, como 285 kilómetros de carreteras de alta velocidad, 95 kilómetros de líneas de ferrocarriles y 33 kilómetros de trenes de cercanías, subraya la magnitud del problema.

La distribución de renta en España revela que las personas con menor poder adquisitivo suelen residir en áreas de mayor riesgo, un patrón que se repite en los análisis de inundación de las principales ciudades. Para muchos, el costo de enfrentar las pérdidas materiales causadas por una inundación es inalcanzable. El Observatorio alerta que las comunidades con ingresos bajos están en una situación de desventaja extrema ante eventos climáticos de esta magnitud, ya que los daños en sus viviendas y propiedades suelen resultar en perjuicios económicos irreparables.

Un visor al alcance de todos

La herramienta de visualización de zonas de inundación presentada por el Observatorio, accesible en www.inundacion.org (solo hace falta introducir el código postal en la casilla de búsqueda), permite consultar los mapas de riesgo en las ciudades españolas. Al cruzar las líneas de inundación de 10, 100 y 500 años con los mapas de ocupación del suelo, los ciudadanos pueden identificar si su residencia o lugar de trabajo está en una zona vulnerable a inundaciones. El visor es un recurso fundamental que invita a la prevención, ya que proporciona información precisa y accesible sobre el riesgo en función de la ubicación.

Además, el Observatorio ha recomendado la creación de una etiqueta que informe el nivel de riesgo de inundación de cada edificio, de forma que tanto propietarios como inquilinos puedan tomar decisiones informadas. Esta etiqueta, junto con sistemas de alerta y monitoreo de niveles de agua y pluviometría, podría salvar vidas y reducir los daños en futuras catástrofes.

Soluciones para un problema creciente

Para enfrentar el riesgo de inundaciones, el Observatorio enfatiza la necesidad de una gestión integral de las cuencas hidrográficas. Entre las medidas recomendadas, destacan la reforestación de áreas altas, la adopción de prácticas de agricultura regenerativa y la naturalización de ríos. Estas soluciones basadas en la naturaleza mejoran la capacidad de retención de agua del terreno, lo que ayuda a mitigar el impacto de las inundaciones.

El informe también subraya la importancia de reducir la impermeabilización en áreas urbanas mediante la eliminación de superficies selladas, como asfalto y cemento, en favor de zonas verdes que aumenten la permeabilidad y absorban el agua de lluvia. Estos cambios estructurales en las ciudades no solo reducirían el riesgo de inundación, sino que también contribuirían a mejorar la calidad de vida en términos ambientales.