Las repercusiones que el tabaco tiene sobre nuestra salud están claras. Este hábito, que se cobra millones de vidas al año en el mundo, está detrás de numerosas patologías cardiacas, respiratorias y oncológicas.
Pero fumar no solo fumar daña nuestra salud, sino también la de quienes nos rodean. La exposición pasiva al humo del tabaco genera más de millón y medio de fallecimientos prematuros anuales y sus efectos no solo abarcan a las humanos, sino también a las mascotas.
Así lo evidencia un estudio publicado por la revista Journal of Veterinary Behavior bajo el título Behavioral changes in domestic dogs associated with exposure to secondhand smoke: A cross-sectional study (Cambios de comportamiento en perros domésticos asociados con la exposición pasiva al humo: un estudio transversal). La investigación, desarrollada con más de 300 animales, concluye que fumar junto a nuestros perros altera su salud emocional y conductual.
El proyecto evaluó la incidencia de comportamientos problemáticos como agresividad, ansiedad y alteraciones del sueño en función del entorno ambiental del perro, comparando hogares con y sin fumadores y los resultados fueron claros.
En las casas en las que se fuma, los perros tienen más ansiedad, miedo y agresividad, además de mayor dificultad para el aprendizaje. En análisis probó que se multiplica la agresividad hacia las personas, (OR=1,68) y hacia otros animales (OR = 3,40); crece la ansiedad (OR=7,25), y las reacciones de miedo (OR = 1,73), disminuye la capadidad de adiestramiento (OR = 3,42) y se reduce la actividad relacionada con el interés en el juego, la compañía, la atención, la concentración y la excitación (OR=1,77).
A estos efectos hay que añadir otros como la alteración del patrón del sueño.
Consejos para proteger su salud
Las consecuencias de carácter emocional y conductual evidenciadas por la investigación recogida en la publicación Journal of Veterinary Behavior, se suman así a las ya conocidas físícas, relacionadas muchas de ellas con el sistema repiratorio, pero también con la piel, pues los animales con dueños fumadores presentan en ocasiones alergias cutáneas.
Desde Aflofarm, una compañía farmacéutica referente en el tratamiento de la dependencia al tabaco,recomiendan adoptar una serie de medidas para evitar que el humo acabe afectando a nuestras mascotas:
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No fumar en espacios cerrados donde esté el perro: Debemos evitar fumar, tanto en casa como en el coche, si está el perro presente. Es frecuente el consumo de cigarrillos en el interior de los vehículos, pero se debe recordar que este es un espacio muy reducido y poco ventilado, por lo que las sustancias tóxicas del humo se concentran con facilidad y afectan directamente al animal.
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Ventilar bien cualquier estancia donde se haya fumado: Es importante tener en cuenta que el humo residual se adhiere a muebles, alfombras y tejidos.
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Evitar fumar durante los paseos: Si tu perro permanece cerca de ti cuando sale a la calle, deja el cigarro para otro momento.
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Si se producen cambios de humor o compartamiento, consultar al veterinario: Modificaciones en la conducta de tu perro pueden estar relacionadas con el entorno. Ponte en manos de un profesional si detectas cambios en su estado.
Desde esta compañiía subrayan que cuidar de la salud de nuestro perro puede ser una razón más a la que aferrarse para dejar de fumar, un reto que cada año se plantean miles de fumadores. "Ellos no pueden elegir el aire que respiran, pero nosotros sí podemos elegir cuidarlos mejor", advierten.