La que fuera leyenda de la Selección española de baloncesto Marta Xargay y su esposa, la estrella de la WNBA Breanna Stewart, han presentado una denuncia ante la Policía de Nueva York por amenazas de muerte, además de insultos homófobos. Fueron objeto de todo tipo de improperios tras el primer partido de las finales de la liga femenina estadounidense, a través de un correo electrónico en el que el remitente deseaba que “alguien mate a tu esposa a tiros”, entre otras lindezas. Un mensaje anónimo que ya está en manos tanto de la WNBA como del cuerpo policial neoyorkino, según ha publicado The New York Post.
“Espero que alguien mate a tu esposa a tiros, que te jodan. Espero os muráis las dos”, escribió el remitente de un mensaje enviado a la exjugadora española de baloncesto que ya está en posesión de las autoridades pertinentes. De inmediato, tras recibirlo, Xargay y Stewart acudieron a la Policía de Nueva York para presentar una demanda formal, según adelantan medios locales.
La estrella de la WNBA compite estos días por el título de liga con las Liberty de Nueva York, que se miden a las Minnesota Lynx en la final. El primer partido de la serie se saldó con una victoria, que acercaba un poco más el anillo a los dedos de las neoyorquinas. No obstante, el segundo envite acabó con derrota de las Liberty y Stewart tuvo la oportunidad de poner 2-0 en el casillero, pero el aro es caprichoso y no se tragó los dos últimos tiros libres del partido, errados pues por la estrella norteamericana. Así las cosas, la eliminatoria está en tablas.
Su pareja, la leyenda del baloncesto español Marta Xargay, a quien conoció durante su estancia en el Dinamo Kursk, recibió el correo amenazante tras el fallo de la deportista, lo cual empujó a Stewart a denunciarlo. “El hecho de que llegaran a la cuenta de Marta hizo que ella tuviera que verlo”, explicaba la baloncestista tras uno de los entrenamientos de esta semana, al tiempo que adelantaba que se aseguraron de que ambas están bien, así como sus hijos.
“Estamos tomando las precauciones necesarias. Las amenazas siguieron aumentando después del primer partido”, declaraba la internacional por Estados Unidos. Stewart, que se sitúa en la cima del baloncesto femenino en la actualidad, admite que está “encantada” con que el “público esté cada vez más enganchado a este deporte”. Sin embargo, no entiende que se abran hueco “amenazas y comentarios homófobos”.
Cifras récord entre insultos y amenazas
Y es que, tal y como reflejaba el comentario de Stewart, la WNBA ha batido todo tipo de récords este año en términos de asistencia, congregando un 48% más de espectadores con respecto a la temporada pretérita. Además, en 154 ocasiones se colgó el cartel de ‘no hay entradas’ en los pabellones de la liga, incrementando también la audiencia en televisión, con más de 54 millones de televidentes en el cómputo global de las retransmisiones. De hecho, titanes de la comunicación como ESPN o CBS han cosechado cifras estratosféricas en varias ocasiones, con un auge también en la plataforma NBA TV.
Pero todas estas cifras halagüeñas para el deporte femenino en Estados Unidos se diluyen entre las amenazas e insultos homófobos que ha recibido recientemente la pareja. Mensajes que la organización -la WNBA- continuará combatiendo. Así lo expuso la comisaria de la liga, Cathy Engelbert, quien tras el primer partido de las finales que se están sucediendo este tipo de comentarios de odio en redes sociales. Por ello, expuso su compromiso para “seguir denunciándolo, condenándolo y asegurándonos de que apoyamos a nuestras jugadoras, porque llevan lidiando con esto desde mucho antes de este año”, expuso ante Associated Press.
“Es como si las mujeres y, sobre todo las mujeres deportistas, tuviéramos que luchar constantemente por nuestros derechos y nuestras elecciones”, exclamó recientemente la afectada en declaraciones a Relevo. Stewart, que ahora mismo está considerada como una de las mejores baloncestistas del mundo, con tres oros olímpicos colgados del cuello, así como otras tantas medallas de campeona del mundo, no cejará en su empeño de denunciar todas estas actitudes, sobre todo después de que llegaran al correo de su mujer.