¿Soñabas con un futuro digno para tus hijas? ¿Creías que ellas vivirían el cambio social que reconoce que todos somos iguales? ¿Que verían renacer de nuevo a la clase media? Pues sentimos ser aguafiestas pero... te equivocabas. Según una reciente investigación realizada por los auditores de Deloitte para Reino Unido, las palabras "igualdad salarial" continúan siendo un oxímoron.

Dan igual las leyes al respecto: la igualdad sigue sin aparecer

Aquí no hablaremos de patriarcado, de feminismo o de opresión. Solo de datos. Según el estudio, aunque la brecha salarial ha descendido al nivel más bajo de la historia (quizás tenga que ver que llevamos décadas luchando por nuestros derechos), sigue siendo una vergüenza comprobar que no existe la intención social por parte de un gran número de empresarios de contar con más mujeres en su escala ejecutiva y, en el caso de que accedan a esto, no suele darse el caso de que el salario que perciba sea igual que el de un varón que hubiera ocupado su lugar.

La investigación, centrada en Reino Unido -que está a años luz de nosotros en cuestiones de paridad-, revela que la brecha no se equilibrará hasta 2069: un siglo después de la Equal Pay Act de 1970. Para que podáis apreciar bien la ironía del asunto os explicaremos que esta ley, promulgada por el parlamento británico hace 46 años, ya prohibía cualquier trato menos favorable entre los hombres y las mujeres en términos de salarios y condiciones de empleo.

Los datos indican que, para los trabajadores a tiempo completo, la brecha salarial de género ha descendido hasta el 9,4%, uno de los índices más bajos que se recuerdan. Sin embargo, la diferencia por hora entre hombres y mujeres por hora se va equilibrando a una velocidad media de 2,5 puntos porcentuales por año. Vamos, una miseria.

Para llegar a estas conclusiones, Deloitte ha evaluado los datos laborales de personas que trabajan en áreas relacionadas con las matemáticas, la tecnología, la ciencia o la ingeniería durante más de quince años. En un total de casi tres millones de registros, las mujeres solo representan un 14,4%. A pesar de que hay otro 70% más que preparadas para asumir esta labor y que no trabajan en industrias relevantes.

Los autores reconocen que no existen cambios sustanciales en el salario inicial que perciben ambos géneros al inicio de su andadura profesional (especialmente en ingeniería, tecnología, medicina y odontología). Pero, a medida que esas personas van ascendiendo en sus respectivas organizaciones, las diferencias salariales entre hombres y mujeres se hace más notoria.

¿Por qué esta desigualdad?

Los investigadores reconocen que responder a esta pregunta es algo complejo. Se dan varias causas: las mujeres suelen tener trabajos con salarios más bajos, renuncian a una gran parte de sus carreras por motivos familiares y, aquellas que se decidieron a ser madres en los tiempos que corren, suelen ser mal recibidas por sus superiores cuando se reincorporan. Al menos en el aspecto económico. Además, según se explica en la propia investigación: "Es posible que exista discriminación inconsciente en el trabajo y en las organizaciones que afectan a las decisiones retributivas y de puestos de trabajo “.

Para los expertos, hay varias recomendaciones clave que podríamos seguir para luchar contra esta injusticia social. En primer lugar, "depende del fortalecimiento de la participación que ya existe entre las empresas, los educadores y legisladores. En particular, las empresas deben tener un papel más importante en ayudar a reducir las diferencias arraigadas en las habilidades que adquieren y desarrollan las mujeres".

En segundo lugar, "ayudar más a las mujeres que se reincorporan al trabajo tras la maternidad". Una de las desigualdades más notorias en esta brecha salarial afecta a las mujeres que quieren retomar su vida profesional tras haber sido madres. Por último, los investigadores creen que mostrar más datos sobre los avances en este área, podría contribuir a que la sociedad diese la estocada final a esta desigualdad tan injusta. Porque si tenemos que esperar a que nuestros políticos hagan algo...