Tras unos meses de retiro y cuidados específicos, el rey emérito Juan Carlos I ha retomado su agenda de ocio. Alejado de las actividades institucionales desde que decidió apartarse de la vida pública, el monarca se ha recuperado de sus últimas dolencias con intensas dosis de fisioterapia, dieta medida y pocos viajes.

En los últimos días, Juan Carlos se ha dejado ver en Londres para seguir a Nadal en el Torneo de Maestros. Además, ha vuelto a cazar, una de sus aficiones más sonadas. Tal y como especifica su hermana Pilar, en la actualidad “está divinamente y no para”.

Desde Londres viajó a Sanxenxo para presidir la regata que lleva su nombre. Posteriormente, regresó a Madrid para retomar su agenda social. Un descanso rápido y, menos de 24 horas después, puso rumbo a La Zarzuela, donde, según ha informado Vanitatis, disfrutó de una jornada cinegética junto a sus buenos amigos Amador Suárez, José Manuel Pardo, Carlos Cutilla y Vicente Boluda.

El medio previamente mencionado afirma que la actividad de Juan Carlos es reducida. Disfruta del día, pero ya no participa en monterías. Se dedica al ojeo de perdices, actividad que le permite disfrutar de la caza sin caminar y no supone un impedimento a su momento de salud después de sufrir un último percance doméstico al tropezar con una mesa u herirse en la frente y en la rodilla.

“Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”

Los objetivos del monarca han sido de lo más diversos. Merece la pena recordar la disculpa pública que el emérito tuvo que realizar después de que trascendiera que había estado en Botsuana cazando elefantes. “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”, sentenció en su momento.

Un gesto sin precedentes después de la opacidad de su viaje al país africano. Aquel viaje estaba comunicado al presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Tras la polémica, el propio Juan Carlos quiso disculparse de viva voz y no mediante un comunicado.