La sentencia contra Javier Negre por la invención de una entrevista a la víctima del maltrato del asesino Sergio Morate es demoledora para el periodista. Tal y como ha adelantado eldiario.es, tanto Negre como el diario El Mundo han sido condenados a pagar una multa de 30.000 euros a la mujer por una “intromisión ilegítima en los derechos a la intimidad, al honor y la propia imagen”.

Si bien el periodista escribía en su crónica escribe que había accedido a la información de una forma amable (“tocamos el timbre de una de las puertas”), la sentencia muestra una visión totalmente opuesta a la redacción del encausado: “el periodista hoy codemando apareció en el domicilio de los padres de la actora, sin que consiguiera su propósito de entrevistar a la actora, y comenzó vía Whatsapp a forzarla a mantener una reunión en privado con él, llegando incluso a manifestarle que era mejor que le diera una foto aunque fuese de manos o pies que usar una que él tenía. Esto está casi rayando con una coacción” ya que la víctima “en ningún momento consintió que se realizara entrevista alguna”.

Finalmente, Negre sacó la foto del Facebook personal de la chica, que había sido víctima de “un delito de amenazas contiunado y de detención ilegal”. En la publicación en papel, el diario puso un filtro para que el rostro fuese menos apreciable.

No puede decirse que se basa en una entrevista, pues parece más bien un reportaje que se realiza sin el consentimiento de la actora”, explica el juez de en la sentencia. Además, critica el perfil que Negre realiza sobre la chica, dando una imagen de ella “completamente opuesta a la real, haciéndola pasar por una persona aprovechada que ha buscado relevancia mediática".

El Mundo: “Debió actuar más acorde a la buena praxis”

Pese a defenderse en primera instancia, el diario dirigido por Francisco Rosell abrió un "procedimiento de análisis y verificación de las circunstancias que dieron origen a los hechos" para "esclarecer la verdad y depurar las responsabilidades en las que, en su caso, se pudiera haber incurrido".

"En contra de lo que se ha informado desde diversos medios de comunicación y en redes sociales, el periodista, a pesar de poder haber actuado de forma más acorde con los principios fundacionales de EL MUNDO y con la buena praxis periodística, no se ha inventado ninguna declaración. Lo publicado el 21 de febrero de 2016 fueron unas declaraciones puntuales que formaban parte de un reportaje más amplio, manifestaciones que la persona aludida no autorizó a que fueran publicadas y, por las que, sobra decir, se vulneró su derecho a la intimidad y su estatuto de protección", sentencia el comunicado.