Hace tan solo unos días que Íñigo Onieva ha abierto su nuevo restaurante y la polémica ya está servida en bandeja de plata. El empresario se ha unido a Iván Espinosa de los Monteros, José Luis López conocido como El Turronero y Manuel Campo Gallar para montar Casa Salesas, un nuevo local con precios para no todos los bolsillos que ya ha sido el centro de la controversia. Y es que han pillado al marido de Tamara Falcó y a su madre, Carolina Molas, publicando buenas reseñas de la comida y la atención frente a las malas valoraciones de los usuarios anónimos.
Onieva se aplaude a sí mismo
El pasado sábado se inauguró Casa Salesas, un restaurante para la jet set madrileña que han impulsado Íñigo Onieva junto a Iván Espinosa de los Monteros y José Luis López conocido como El Turronero. Un local que ha contado en su primer día con muchas caras conocidas del famoseo nacional, empezando por la familia, como Isabel Preysler, la madre de Tamara Falcó, o Carolina Molas, madre de Íñigo y sus hermanos, Jaime y Alejandra.
Entre las caras conocidas se pudo ver a Christian de Hannover y su esposa Sassa de Osma, Álvaro Castillejo y su mujer Cristina Fernández, Xandra Falcó, Andrea Levy, Lorenzo Caprile, Albert Rivera, la actriz Macarena Gómez, Iván Sánchez y su pareja Irene Esser o Alicia Ortiz Alcocer, entre muchos otros. Ni que decir tiene que estuvo presente la influencer y colaboradora así como los copropietarios del que se espera sea el nuevo sitio de moda.
Pero pese a los flashes del inicio, su arranque ha comenzado salpicado por la polémica gracias a las reseñas de Google. Y es que, incluso antes de que se produjera la inauguración oficial, han pillado al propio Íñigo aplaudiéndose a sí mismo. En concreto, se ha puntuado a sí mismo con el máxima galardón, a lo que el equipo de Marketing de Casa Salesas le ha contestado con un: "Muchas gracias por tu valoración, Íñigo".
Lo mismo ha hecho su madre, quien ha sido mucho más explícita en su valoración. "Un lugar súper acogedor con una comida riquísima y un servicio muy atento, todo a muy buen precio además. Me encanta que se pueda ir tanto a desayunar como a tomar un café, como a una comida de trabajo o de diversión y cena con música. Tienes para elegir", ha comenzado a escribir en una reseña bastante completa y una puntuación de 5 en todas las categorías.
Capturas de las reseñas de Onieva y su madre a su restaurante. Google
A Carolina también le ha contestado el propietario, dándole las gracias por la valoración y un mensaje especial. "Nos encanta haceros sentir como en vuestra segunda casa", le ha escrito. Pero no han sido los únicos. También le ha dado otras cinco estrellas Enrique Eguiraun, amigo íntimo de Onieva, quien ha querido dejar claro sus preferencias. "La tortilla, el risotto trufado y las carnes", para él, eran de lo mejor del local recién estrenado.
Esto ha generado mucha desconfianza hacia el restaurante, especialmente al ver lo que piensan los usuarios anónimos, que no han sido tan generosos. Entre los mensajes se pueden ver comentarios como "malísimo", "nada recomendable", "hacía tiempo que no nos daban tan mal servicio, comida pésima" o "carísimo para lo que comes y pides, raciones mini, muy poca cantidad de comida...". Actualmente, en solo una semana, la media de la puntuación está en un 3,2 sobre 5.
Precios no para todos los bolsillos
Viendo la carta de desayunos y coctelería, se desprenden precios al alcance de unos pocos bolsillos en la capital. Por ejemplo, solo un café espresso sube a 2,8 euros, mientras que si se convierte en “espresso lungo”, se coloca en 3. Si el café se acompaña de un croissant Monsieur, el desayuno podría suponer unos 15 euros. Eso sí, si se opta por el croissant de jamón y queso, el de toda la vida, su precio se rebaja hasta los 6.
La oferta de coctelería no dista en demasiado de la exclusividad que pretende el bistró. Los cerveceros tienen la opción de recurrir a Mahou. El botellín de la reconocida marca madrileña se sitúa en los 5 euros; 6 en el caso de darte un gustazo y recurrir o bien a la IPA, la Maestra o la Mahou Sin filtrar. El botellín de Alhambra sigue el mismo camino, al igual que la Corona o la belga Stella Artois. La cerveza de barril, para los más clásicos, se rebaja hasta los 4 o 5 euros, dependiendo de si opta por la Mahou Clásica, la Maestra o la Tostada 0,0.
Mención aparte para el vermú o el tequila. Un chupito de la tradicional bebida mexicana podría ascender a los 10 euros, en el caso de optar por la elección más económica de la carta, aunque la broma puede salir por 190 euros si tu paladar te anima a darte el gustazo con el Clase Azul Repostado. El resto de bebidas espirituosas oscila en virtud de su calidad, aunque la oferta más cara con diferencia se encuentra en el apartado del Whiskey, con un Macallan de 30 años cuyo precio roza los 600 euros.
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