Hace unos días se hizo viral el vídeo en el que un hostelero arremetía contra un inmigrante al grito de “coged toda la pasta posible y dadnos por el culo a los españoles”. El hombre, dueño del local y de otros más en la ciudad de Valencia, ha protagonizado más momentos como ese, según informa eldiario.es, tal y como cuentan algunos de los exempleados del Casa Zaragoza.

Los exempleados han confirmado que esto forma parte de una serie de comportamientos que se repiten continuamente contra latinoamericanos o negros que sufren ataques e insultos por parte de Juan Peiró, dueño del establecimiento. Por las puertas de este restaurante han pasado muchos camareros y ayudantes de cocina que han terminado dejando su puesto de trabajo por las vejaciones de su jefe y las pésimas condiciones laborales en las que se encontraban.

“En las nóminas aparecían 1.200 euros, que era lo que debíamos cobrar por convenio, pero él nos pagaba 800. Eso a algunos nos provocó un problema con Hacienda”, ha contado uno de sus extrabajadores. Otra de las personas que trabajó para Peiró dice que “te obliga a firmar la nómina, tú reconoces haber recibido esa cantidad, y si no, amenaza con despedirte”. Cuenta que trabajó varios meses en el Casa Zaragoza y asegura que varias veces ha visto cómo su jefe humillaba a todo el que no fuese blanco. “El chico del vídeo es uno de los que cuidan coches en la playa, y muchos de ellos venían a cambiar monedas por billetes. Siempre que les veía, se metía con ellos”, cuenta el excamarero.

Tal y como cuenta otra de sus exempleadas, asegura que ella trabajó en otro de sus bares y no le sorprende lo que se ve en el vídeo. Pero señala que lo que más define a su exjefe es la explotación laboral a la que somete a sus empleados. “A veces cobrábamos 30 euros al día por jornadas de 10 horas. No librábamos los fines de semana, y quizás solo un día entre semana. Tampoco conocíamos lo que eran las vacaciones”.

“Teníamos contratos de media jornada cuando a veces llegábamos a las 60 horas semanales. Además, muchos de mis compañeros tenían pendientes de cobrar varios meses”, señala uno de los camareros. Apunta que él desempeñó tareas de encargado sin que estuviera así estipulado en su contrato y que "más de un domingo tuvimos que hacer amago de huelga para que nos pagara algo, porque podía tirarse dos meses sin hacerlo". Asegura que hubo compañeros despedidos estando de baja, como un joven que se seccionó el tendón de un dedo y necesitó cirugía. "Ahí le comunicaron su despido. Él fue a juicio, y a pesar de que le presionaron e intentaron acusarle de robar de la caja siguió adelante. Finalmente, llegaron a un acuerdo y le pagaron lo que pedía", cuenta el excamarero.

Las quejas se traducían en que muchas veces en el restaurante no se hacía la caja suficiente, según el dueño. Esto provocaba que los empleados a veces no cobrasen todo su sueldo de golpe. "Siempre se atrasaba con los pagos. Además, la organización es malísima, y eso provocaba las quejas de los clientes", dice otra exempleada. Tanto la Fiscalía como el Ayuntamiento de Valencia han anunciado una investigación por lo ocurrido en Casa Zaragoza. El alcalde, Joan Ribó, ha señalado que lo visto en las imágenes es "una actitud lamentable e impresentable, que en ningún caso representa ni a la ciudad de Valencia, ni a sus habitantes, ni al sector de la restauración valenciana".

Victor Pool, portavoz de Somos Migrantes, señala que estas situaciones son "comunes" y que el problema no es "la falta de denuncia, sino "la falta de protección real y efectiva contra el racismo". "Hacemos un llamamiento a aquellas instituciones cuya finalidad es proteger a los trabajadores a investigar minuciosamente estas cuestiones. Probablemente se lleven más de una sorpresa", finaliza Pool.