Hace tres sermanas el Partido Animalista PACMA difundía el vídeo grabado por Sophie Uhlmann, una turista alemana de visita en Marbella, denunciando el maltrato al que estaba sometido un caballo de tiro, obligado a transportar pasajeros a 42 grados centígrados hasta la una de la madrugada, sin acceso a agua ni comida.
En la grabacíón se podía apreciar cómo el animal, visiblemente exhausto y desnutrido, presentaba distintas heridas abiertas en las patas y marcas en el rostro provocadas por una serreta metálica, un dispositivo prohibido en muchos países. La mujer lamentaba que esto se estuviera produciendo "en Europa, en España".
Desde PACMA, aprovechaban la denuncia para criticar una "postal turística" que todavía "muchos ayuntamientos siguen permitiendo en pleno siglo XXI" y exigían el fin de explotación de los caballos, subrayando que "no son máquinas, ni atracciones turísticas, sino seres vivos con derecho a una vida digna".
Al tiempo que se difundió el vídeo de esta mujer alemana, que acumula más de millón y medio de visualizacione, se puso en marcha una petición de firmas para que el semental fuera decomisado y llevado a un refugio, una solicitud que ha logrado superar las 12.000 rúbricas. Por otro lado, la organización de protección animal Easy Horse Care Rescue Centre presentó una denuncia formal ante la Guardia Civil, identificando al responsable y la licencia del carruaje.
Las autoridades han iniciado una investigación al respecto, y el Ayuntamiento, en conocimiento del cual también se ha puesto el caso, ha anunciado nuevas ordenanzas municipales para mejorar la protección de los caballos de tiro.
Sin embargo, el animal, que responde al nombre de Hope, está en paradero desconocido,. "Cada día de retraso pone en riesgo su vida y el centro está listo para darle refugio inmediato", aseguran.
Regulaciones vagas y sin un marco común
A día de hoy no existe en España una ley estatal que regule las condiciones concretas de los caballos de este tipo de carruajes, como el tiempo que pueden trabajar, los descansos, las temperaturas límite etc. La mayor parte de las regulaciones son municipales y se ralizan a través de ordenanzas locales que controlan las licencias para coches de caballos, los requisitos sanitarios y cuestiones de responsabilidad civil y seguridad vial, además de algunas referidas al bienestar animal. Sin embargo, las organizaciones animalistas lamentan que estas normativas son en muchas ocasiones demasiado vagas y que no se realizan las sanciones que se deberían.
Sevilla, por ejemplo, cuenta con una ordenanza reguladora del transporte de viajeros en coches de caballos y en este municpio, tras la aprobación de la nueva Ley de Bienestar Animal en 2023 se establecieron determinadas obligaciones para los animales usados en ferias, romerías o procesiones: que han de tener un buen estado higiénico-sanitario y a los que hay que garantizar bienestar.
Málaga, por su parte, ha iniciadoo recientemente un proceso para eliminar los coches de caballos del servicio turístico. Se están revocando licencias y planteando dejar de autorizar esta actividad por razones de bienestar animal, salubridad y seguridad urbana.
Jornadas extenuantes y calor excesivo
La mayor parte de los problemas que se detectan en relación a los caballos de tiro de este tipo de carruajes tienen que ver con jornadas de trabajo demasiado largas temperaturas extremadamente altas, y sobrecarga. Hay animales que se ven obligados a llevar más pasajeros de los que deberían. Esto acaba provocándoles problemas en las patas, calambres y agotamiento.