El cuerpo sin vida de Manuel Tundidor Cabral, un turista español de 31 años que desapareció en la tarde del viernes en la Amazonía ecuatoriana, ha sido localizado, según ha confirmado el Ministerio de Asuntos Exteriores.

El cuerpo del joven, natural de Trebujena (Cádiz), fue rescastado por los equipos de rescate, tras ser avistado desde el helicóptero de la Policía ecuatoriana en el río Napo, cerca de Misahuallí, a unos 50 kilómetros del lugar en el que desapareció, según explicó Alberto Alvarado, comandante encargado del Cuerpo de Bomberos de Tena.

El cónsul adjunto de España en Quito se ha desplazado al lugar del hallazgo y ha confirmado que efectivamente se trata de Manuel Tundidor, según han indicado desde la Oficina de Información Diplomática (OID). Familiares del joven gaditano, que se encontraba de Erasmus en Ecuador, habían llegado al país para seguir las labores de búsqueda y está previsto que se trasladen a la zona acompañados de las autoridades.Asimismo, se han puesto en marcha los trámites para la repatriación del cuerpo de Tundidor, así como las labores para facilitar el regreso de sus familiares.

Un equipo del Consulado General en Ecuador ha estado siguiendo este martes muy de cerca todas las labores de búsqueda, que han podido desarrollarse con más efectividad debido a la mejora en las condiciones meteorológicas.

La última vez que fue visto

El joven fue visto por última vez mientras se bañaba en el río Jatunyacu, de la parroquia Tálag, en la región amazónica de Ecuador. Desde entonces, una veintena de rescatistas del Cuerpo de Bomberos de Tena, Policía Nacional y Cruz Roja han trabajado en su búsqueda.

Tundidor viajaba junto a otros cinco españoles hacia la localidad turística de Laguna Azul y sin ningún guía turístico. Él y otro amigo decidieron cruzar el río nadando, mientras que sus compañeros prefirieron quedarse en la orilla, según sus propios testimonios. El río Jatunyacu está clasificado con un nivel de riesgo número cuatro, lo que significa que para navegarlo hay que hacerlo con ciertas garantías de seguridad, ha apuntado Alvarado. No obstante, hay tramos del río que sí son aptos para bañarse.

El joven, que tenía 31 años, había llegado a Ecuador hace una semana para realizar prácticas de enfermería a través de una beca Erasmus.