El gas radón es un gas radiactivo de origen natural que sale del terreno fruto de la desintegración del uranio. Lo hay en todo el aire que respiramos, en una concentración aproximada de 10 Bq/m3, sin embargo, los valores se disparan en muchos puntos del país.
Se trata de un gas incoloro, inodoro e insípido que no se puede eliminar del todo, pero sí reducir hasta niveles poco dañinos. En España se ha fijado que el nivel medio anual en el interior de los centros de trabajo y de las viviendas no ha de sobrepasar los 300 Bq/m3, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda niveles inferiores a 100 Bq/m3 y países como Canadá y Estados Unidos lo han fiajdo en 200 y 150 respectivamente.
Más de mil muertes al año
Aunque no se ha llamado la atención demasiado sobre este asunto, el radón tiene efectos muy importantes sobre la salud, ya que al inhalarlo, las partículas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias y pueden acabar provocando cáncer de pulmón. De hecho se estima que aproximadamente el 10 por ciento de las muertes por esta enfermedad en nuestro país son a causa del radón. Esto significa que el número de fallecimientos por esta causa supera el de muertes por accidente de tráfico, más de un millar. Si la persona que vive en un ambiente con gas radón, además, fuma, las posibilidades de desarrollar cáncer de pulmón se multiplican hasta por veinticinco.
El radón por municipios
Los territorios con suelos graníticos suelen tener concentraciones más altas de radón. Es el caso de muchas regiones del oeste peninsular como Galicia y Extremadura, donde una parte importante de su territorio tienen nivel 2, que implica riesgo alto.
Según el mapa de municipios de RadonSpain, laboratorio experto en detección y reducción de radón, en esta situación se encuentran miles de localidades de las citadas comunidades autónomas, así como de la Madrid, las Islas Canarias y Cataluña.
En nivel 1, riesgo medio, hay otros muchos territorios de todo el país. La web de este laboratorio cuenta con un buscador a través del cual podemos consultar cuál es la situacíón en nuestro lugar de residencia.
Una asignatura pendiente
En España todavía queda "todo el trabajo por hacer", reconoce a ELPLURAL.COM el director del laboratorio de RadonSpain, Héctor Rodríguez-Solano. Es imprescindible "sensibilizar a la población" y que, tanto las administraciones, como el tejido empresarial se responsabilicen y transmitan el problema.
"Nunca ha habido una apuesta firme", subraya este experto, que cuenta cómo muchos otros países europeos han desarrollado medidas al respecto. Aquí, aunque el radón es una cuestión que maneja el Consejo de Seguridad Nuclear, siempre se ha considerado un asunto menor y no se ha tomado en serio. "Hay mucha sesibilidad respecto a la radiación de las pruebas médicas o las centrales nucleares", ejemplifica Rodríguez-Solano, pero muy poca sobre este gas, principalmente porque el daño es "a largo plazo".
Mediciones a partir de octubre
El pasado mes de mayo entro en vigor laInstrucción IS‑47, que obliga a algo más de 1.700 municipios, de los 8.000 afectados por niveles altos de radón a realizar mediciones en centros de trabajo situados en planta baja y bajo rasante. Dado que se recomienda que este proceso no se haga en verano, porque la ventilación de los espacios es mucho mayor, las mediciones deberían comenzar el uno de octubre.
Sin embargo, este especialista se muestra convencido de que va a ser imposible hacerlo, porque "no hay medios ni capacidad". Tendría que haberse hecho de manera escalonada", sugiere.
Está por ver si ante la obligación se avanza o no en las mediciones. Hasta ahora, administraciones y empresas siempre han sido reacias a medir por el miedo al "si da". Las mediciones no son caras. "Ningún centro laboral supera los mil euros de presupuesto", sostiene Rodríguez Solano. Pero los costes de reducir los niveles de radón si son más altos y se mueven en una horquilla de entre 3.000 y 40.000 euros. "Solo las grandes entidades y algunas administraciones han adoptado medidas", apunta.
Un problema de todos
El radon es un problema de la administración y de las empresas, pero también de toda la sociedad. Tenemos que ser conscientes de su presencia y su peligro, para evitar que se produzcan situaciones como las que se han dado en Galicia, donde muchas casas del rural se han reformado disparando los niveles de radón. "Las casas antes tenían unas envolventes muy permeables, pero la eficiencia energética casa 'mal' con este gas, porque hace que el radón se quede dentro", advierte el director del laboratorio de RadonSpain. Esto hace imprescindible concienciar sobre este tema, "al igual que lo hicieron los americanos en 1991".