Los problemas en la sanidad gallega representan un debate incómodo para el presidente Feijóo, pues es el área donde más rechazo ha cosechado en su década de gestión. Desde hace tiempo, múltiples colectivos de la sanidad pública gallega se enfrentan a las políticas de la Xunta por el deterioro en la asistencia sanitaria y las condiciones de trabajo de sus profesionales.

Las huelgas y movilizaciones se han convertido en una constante en los últimos meses en Urgencias, Puntos de Atención Continuada (PAC), ambulancias, además de pediatras, médicos eventuales y el personal de enfermería. El hartazgo ante la falta de soluciones es la afirmación más repetida desde los diferentes ámbitos del Servicio Galego de Saúde (SERGAS), como es el caso de los profesionales de enfermería, que desde el pasado 12 de mayo han iniciado la campaña #12Meses12Loitas, en la que se visten de negro el día 12 de cada mes en todas las áreas sanitarias de Galicia para protestar por su “absoluta precariedad laboral debido al incremento de la contratación eventual a la que están sometidos”, han apuntado a ElPlural.com desde el colectivo “Enfermeiras Eventuais en Loita” (Enfermeras Eventuales en Lucha).

Realidad avalada por el último informe de fiscalización del Consello de Contas de Galicia sobre Responsabilidad Patrimonial del SERGAS, que en el punto IV.11.4 de efectivos de personal ha determinado “un incremento en la contratación eventual en aras de estabilizar plantillas”, al tiempo que ha detallado que “el personal que ocupa plaza en propiedad representa el 62,8%, del total”. Cifra muy lejana a la que ofreció el presidente del Gobierno gallego en la cámara autonómica: “El 88% tiene un nombramiento definitivo”.

Asimismo, la memoria del ente fiscalizador de las cuentas y la gestión económico-financiera del sector público gallego ha denunciado en sus conclusiones que los índices de temporalidad continúan siendo altos, concretamente un 40% en Atención Especializada y el 28,1% en Primaria, con un incremento interanual de los mismos. Además, los datos del Instituto Nacional de Estadística del 2018 han revelado que apenas existen 3,38 profesionales de enfermería por cada 10000 habitantes, frente a la media de 5,02 del resto del Estado. Lo que sitúan a la autonomía como la tercera peor Comunidad en la ratio de enfermeras y enfermeros por número de habitantes.

Frente a esto, el Ejecutivo de Feijóo se ha enrocado en la opacidad y se niega a ofrecer datos en sede parlamentaria, tal y como le afeó el portavoz socialista de sanidad, Julio Torrado. De hecho, la única respuesta que ha proporcionado al demoledor informe ha sido una nota de prensa en la que han insistido que “de los casi 11.000 enfermeros y enfermeras que tiene la sanidad pública gallega, el 88% es personal estable”, es decir, que según la Xunta de Galicia la tasa de temporalidad es del 12%. Cifra que ha quedado absolutamente desmentida por el órgano fiscalizador independiente.