Esta semana ha sido Ibiza la que ha dejado imágenes nunca vistas con calles anegadas por el agua y el lodo. Las lluvias torrenciales amenazan con repetirse cada vez con más frecuencia sobre territorios como la Comunidad Valenciana, que todavía tiene marcada en sus infraestructuras y en su memoria la dana que dejó a su paso más de 200 muertos.

Mientras algunas voces se afanan en repetir que "toda la vida ha sucedido esto", los científicos insisten en que la situación seguirá empeorando. La explicación es una e indiscutible, el cambio climático. Francisco J. Tapiador es catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Castilla La Mancha y una de las personas que más ha estudiado la precipitación en España. Ha formado parte de la Misión de Medición de la Precipitación Global (GPM, por sus siglas en inglés) de la NASA e integra el equipo científico de otro proyecto de ese mismo organismo, INCUS, cuyo objetivo es conocer con más precisión la física de las tormentas. Miembro también del Comité Español del programa Hombre y Biosfera de la Unesco, si algo tiene claro es que debemos prepararnos para un futuro próximo muy distinto. 

Pregunta: ¿Estamos realmente ante un nuevo escenario o solo ante episodios intensos ya conocidos?

Respuesta: No, la tasa de crecimiento de estos fenómenos no tiene precedente en la historia de la humanidad. Esto está demostrado, hay datos empíricos, medidas que lo demuestran. Se puede discutir cuál es la respuesta que debe dar la humanidad a eso, pero en cuanto a que aquí hay un crecimiento inusitado de los fenómenos extremos, eso hoy en día ya no se discute.

P: Usted ha advertido de que los ciclos de precipitación se están viendo alterados, tanto en lo que atañe a la frecuencia, como en la distribución a lo largo del año, ¿a qué obedece?

R: Es un efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero. En el estudio que publicamos hace unos años al respecto, detectamos que si eliminábamos los gases de efecto invernadero, los ciclos no sufrían esas alteraciones. Era solo cuando los metíamos cuando aparecían. Y eso demuestra, siguiendo la metodología estándar, que efectivamente son las emisiones de gases de efecto invernadero las que está alterando los ciclos de precipitación.

P: Eso en cuanto a las precipitaciones, y en lo que respecta a las temperaturas, ¿en qué punto estamos, hemos llegado a uno de no retorno?

R: Creo que ya hemos superado algunos de los puntos de retorno y que el clima del futuro va a ser muy diferente al del pasado. La cuestión es cómo de diferente va a ser: un grado, dos, tres o cuatro grados de aumento de temperatura, lo cual es una barbaridad.

P: ¿Ya no podemos hacer algo al respecto?

R: Yo creo que no vamos a poder hacer nada, en parte porque la situación política internacional en este momento no lo permite. No es previsible que en los próximos años se vayan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, e incluso si lo hiciéramos, es poco probable que pudiéramos revertir el sistema al estado anterior.

"Son las emisiones de gases de efecto invernadero las que está alterando los ciclos de precipitación"

 

P: ¿Hemos de prepararnos para más danas, olas de calor y noches tropicales?

Si. No sabemos todavía si va a haber muchas más danas o van a ser más intensas o las dos cosas. Es probable que haya más, pero de los que sí tenemos certeza es de que va a ver muchas más olas de calor y noches tropicales. Nuestro país es mucho más cálido de lo que lo era antes, se está notando y va a ir a más. Tenemos que empezar a adaptarnos a eso, tendremos sequías y después aguaceros. A lo mejor la media de precipitación sigue igual, pero vamos a recibir toda el agua que recibíamos antes en meses, en pocas horas, y eso, claro, es un desastre para la agricultura y para la ciudadanía. 

P: Si no podemos revertir, la clave será entonces aprender a vivir con un clima diferente al que estamos acostumbrados a hacerlo

R: Sí, debemos centrarnos en prepararnos para determinar cómo vivir en términos globales, a nivel poblacional, y en lo que respecta a los cultivos, ante un clima que va a ser evidentemente diferente. Mi posición en este momento, después de lo que estamos leyendo en la literatura científica, es que ahora lo que tenemos que hacer es prepararnos. Pasó la fase ya de intentar evitarlo y lo único que tenemos que hacer ahora es buscar los mecanismos adecuados para que esto no sea un desastre, sobre todo, en un país como España, que es semiárido, en el que puede haber grandes diferencias entre el norte y el sur, y que no está preparado para una verdadera emergencia climática como la que nos podemos enfrentar los próximos años.

P: ¿Cómo va a ser el clima dentro de veinte o treinta años?

R: Depende de lo que hagamos. Hay diferentes escenarios que dependen de las emisiones de gas invernadero que sigamos haciendo, de los cambios en los usos del suelo. Depende de varios factores. Hay un abanico y en el abanico que se maneja en este momento hay un aumento global de temperaturas que va de 1 a 3 grados, pero podemos llegar incluso a 4 y eso es un clima muy diferente al que tenemos en la actualidad.

"Pasó la fase de evitarlo, ahora hay que intentar que no sea un desastre"

Es un clima muy diferente con cambios globales, cambios en la distribución de la población, cambios en los recursos, ... No se está previendo y puede representar un grave problema para nuestra forma de vida actual.

P: ¿Qué tenemos que hacer a nivel individual y a nivel global?

R: Nosotros a nivel individual podemos hacer muy poco, sobre todo, en España. Somos un país pequeño y emitimos muy pocos gases de efecto invernadero. A nivel global, como gobierno, y como entidades multinacionales, sí que se pueden hacer cosas para intentar organizar un poco estos cambios a nivel europeo y a nivel mundial. Hay que tener en cuenta que nostros, además, estamos muy cerca de África, y estos cambios van a afectar de manera desproporcionada a ese continente. Deberíamos adaptarnos a flujos migratorios y a problemas geopolíticos que vamos a empezar a tener.

P: Es difícil avanzar en un escenario en el que el testimonio negacionista ha llegado hasta la Casa Blanca, con Donald Trump.

R: Bueno, Trump es Trump. Me preocupa más que la gente crea que hay una conspiración de científicos que estamos todos de acuerdo, no sé muy bien por qué, en decir que hay cambio climático. Esto es una cosa de gente que nos dedicamos a esto desde hace mucho tiempo, antes de que estuviera de moda. Los datos son los datos. En mi libro 'El clima de la Tierra para escépticos y gente inteligente' hablo un poco de esto, porque hay escépticos de buena voluntad, gente a la que no se lo han explicado bien, pero luego hay otros con los que no hay nada que hacer, como los terraplanistas. Es una lucha perdida. En cualquier caso falta más educación y más contar las cosas. 

P: Para terinar, a quienes les tachan de alarmistas, ¿qué les diría?

R: Yo prefiero dar una falsa alarmma y equivocarme, a no dar la alerta cuando sé que eso puede suceder y que suceda. Es como con las inundaciones que ha habido ahora en Valencia. Si das dos alarmas y no ocurre, porque esto de predecir lo que va a llover en las próximas 48 horas es muy difícil, no pasa nada, pero es mejor que no hacerlo y muera gente. Prefiero que haya falsas alarmas a que no predigamos. Hagamos las predicciones correctas cuando hay que hacerlas.

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