Impensable. O para todos menos para uno. Luis Enrique Martínez García. Luis Padrique. El hombre que ha juntado a una de las peores generaciones de futbolistas que España ha parido en el siglo XXI, ha sido capaz de crear una de las selecciones más compactas que podemos recordar. 

A Luis Enrique no le quería nadie. Maltratado por medios de comunicación y afición, siempre se ha pasado la opinión del resto por el Arco del Triunfo. No hay más que verle en rueda de prensa. Su trato despectivo a una prensa despectiva. Siempre fue así. Desde guaje nunca se arrodilló ni calló. Y se ha presentado al Mundial de Qatar como seleccionador-streamer y ha debutado con un 7-0 a Costa Rica. La mayor exhibición de España en la historia de los Mundiales. Su máximo rival en el grupo, Alemania, ha perdido contra Japón. El domingo España se verá las caras contra los teutones. Ahí se verá el verdadero nivel de estos jugadores. Algo parece garantizado. Matarán por su entrenador. Un español solo puede sentir orgullo ante una Furia española que, por fin, sabe jugar al fútbol.

Engalanados de rojo escarlata, los jugadores de la Selección Española no han dado respiro a Costa Rica en todo el partido. A los 30 minutos, el marcador ya decía 3-0. Dani Olmo, Asensio y Ferrán Torres. Pero los nombres dan igual. 3-0 de España. Si algo ha conseguido este equipo es borrar el individualismo. Una mancha roja ha asediado la porteria de Keylor Navas en suelo qatarí. Sin piedad. Como Ryan Gosling en Drive.

La segunda parte ha sido parecida. 11 soldados que ya tenían el partido ganado han decidido meter cuatro goles más. Otra vez Ferrán. También Gavi, Soler y Morata. Pero otra vez da igual. Un plasma rojo ha vuelto a inundar el Al Thumama Stadium. Otros 11 españoles en la península arábiga diciendo quién manda. 

Este partido sirve para sumar a los escépticos a la causa. Cada partido va a ser concebido como una batalla. Una final cada cuatro días. Esta España puede ganar a Alemania y perder contra Japón. Habrá gente que pida la Copa del Mundo y si no se consigue, esos mismos lo concebirán como un fracaso. Luis Enrique, al terminar el encuentro, ya anunciado cómo trabajará el aspecto psicológico: "El elogio debilita", ha señalado. Sus 26 Inmaculados, preparados para el siguiente lance. Partido a partido. Como decía Al Pacino en Un domingo cualquiera: "Pulgada a pulgada".