Cómo está usted: “Estoy bien, yo estoy bien”, así sin más calificativos añadidos, y sin dar mayor cobertura a su frenética actividad, aunque nos consta que está agotado por una labor humanitaria que estos momentos se ha multiplicado exponencialmente, nos saluda el Padre Ángel. Así de sencillo y, como siempre cariñoso, comenzamos una nueva entrevista con el fundador de Mensajeros po la Paz. Su nombre de “civil” es el de Ángel García Rodríguez, asturiano de Mieres cuya ONG, Mensajeros por la PAZ, fue premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994.

Y por si le faltaba tiempo ahora, Padre Ángel y su equipo de voluntarios y sacerdotes suman a su trabajo diario en la Parroquia de San Antón de Madrid, a la coordinación de sus ONG Mensajeros por la Paz y a los centros que atiende, una iniciativa, en colaboración con la Fundación ONCE, para acompañar espiritualmente (una “escucha espiritual”) y al teléfono a quien lo necesite por necesidad de ser reconfortado o simplemente por hallarse solo. Para ese proyecto “ya cuento con más de 20 curas voluntarios desde sus casas”, nos dice, con la ilusión de quien sabe que está repartiendo bien y apoyando a los más necesitados.

Llevará la Semana Santa a quien lo pida

PREGUNTA: ¿Qué labor está haciendo ahora la parroquia de San Antón?

RESPUESTA: Hacemos bastantes cosas pero todo on line. La Semana Santa vamos a llevarla a las casas de quienes lo deseen. No se va a parar esta celebración por el corona virus y lo vamos a hacer por los medios tecnológicos que hoy nos lo permiten llevar la imágenes a las casas. Ya tengo los voluntarios con los preparativos para este proyecto.

“La Iglesia podría hacer más, todos podríamos hacer más”

 Le abordamos un tema que tiene dividida a parte de la sociedad en el sentido de que si la Iglesia está “mojándose” totalmente en la crisis pandémica. Su respuesta es conciliadora pero abierta a que se haga más. Nos dice que “sin duda puede hacer más, todos podríamos hacer más pero la Iglesia ha sido pionera en estas causas, siempre lo ha sido y lo ha demostrado en casos como el SIDA o las otras epidemias como la del Ébola. La Iglesia siempre ha estado ahí pone como ejemplo las iniciativas que se llevan a cabo desde algún obispado como el de Navarra y otros. Y recuerda que el propio Papa Francisco está volcado y dando la talla desde Roma.

“Estoy seguro de que se va a producir un milagro y será pronto”

Queremos saber desde su experiencia en momentos similares de crisis tremendas, cuál es la reacción del creyente, si de desánimo, duda y flaqueza en su fe religiosa o por el contrario dichas creencias sirven de amarre esperanzador y de tabla salvadora y por tanto se intensifican o fijan. Padre Ángel cree que surgen las dos posiciones, la de desapego por dudas de fe por sentirse abandonados y desvalidos al mismo tiempo que son muchos quienes se “agarran a la fe y se acercan aun más  un Dios que les va a ayudar en momentos graves. En este momento recuerda como en otras crisis, epidemias, situaciones de miseria colectiva o catástrofes la gente ha acudido en búsqueda del milagro sacando sus imágenes en procesión, haciendo rogativas. Y llegados a este punto nos dice que está seguro de que se va a producir el milagro y que estemos convencidos de ello porque los vamos a ver pronto. Esto se parará y lo pararemos pronto y será el milagro que esperamos.
 

“De esta crisis vamos a salir mejores, más buenos”

Queremos saber qué imágenes guarda en su retina o qué momentos más gratificantes, y hechos positivos destacaría de los vividos durante estos días y nos contesta que “han sido muchísimos porque esta crisis nos ha hecho más humanos, más buenos y mejores personas. Hay personas que nos han ofrecido un par de zapatos porque era lo único que les sobraba y otros hasta su coche o su casa o una modesta habitación para acoger a quienes lo necesiten. Se desprenden de lo que tienen para dárselo a los demás. Los aplausos de las 8 de la tarde ahora son recíprocos. Ahora hay quienes renegaban de nosotros y ahora nos aplauden y viceversa”. “De esta crisis vamos a salir mejor en humanidad”, apostilla.

‘Consuelo espiritual’ en el confinamiento, iniciativa con la ONCE

Dejamos para el final esa nueva iniciativa de las que nos hablaba Padre Ángel al inicio de la entrevista. Mensajeros de la Paz, en colaboración con Fundación ONCE, ha puesto en marcha una línea telefónica para dar consuelo espiritual a las personas que lo necesiten durante el confinamiento en el que vivimos como consecuencia del Estado de Alarma decretado para luchar contra el coronavirus.

Con esta iniciativa, las personas que necesiten hablar con un sacerdote tendrán la posibilidad de hacerlo a través del teléfono y serán atendidos por capellanes de Mensajeros de la Paz que se ofrecen voluntariamente a hacerlo. De este modo, llegará el consuelo espiritual individual a todos los hogares que lo necesiten. Mensajeros de la Paz ha solicitado la colaboración de sus sacerdotes para que lleven a cabo este servicio de ayuda espiritual telefónica a través de la Asociación Ciegos Españoles Católicos (CECO).

Las personas que lo deseen podrán llamar a tres números disponibles (680970117 /617323294 /600321727) y dejar su nombre y su número para que después contacten con ellos los sacerdotes de Mensajeros de la Paz. Es una especie de “cita previa” en la que serán atendidos con posterioridad a su llamada.

“Es otra iniciativa preciosa que llevamos a cabo con Fundación ONCE, con la que colaboramos ya en numerosas ocasiones. Quiero darles las gracias públicamente por este apoyo espiritual a todas las personas que están sin poder salir de sus casas y lo necesitan. Quizá no puedan ir a la Iglesia, pero la Iglesia irá a ellos. Como el Papa Francisco dice “Unidos con Cristo, nunca estamos solos” y además aplaude “las mil maneras de estar con el pueblo” que están promoviendo los sacerdotes en Italia, y nosotros hemos querido sumarnos a esta corriente también desde España”, afirma el Padre Ángel.

Y ahí concluimos en la esperanza, de la que él está convencido, de que surgirá el milagro pronto y este drama acabará ¡Dios le oiga, Padre Ángel, Dios le oiga!.