España se prepara para vivir una semana marcada por temperaturas extremas, más propias del corazón del verano que del mes de junio. A partir del lunes, una masa de aire muy cálido se instalará sobre gran parte de la Península Ibérica, provocando un ascenso térmico notable que podría llevar los termómetros hasta los 43 grados en algunas zonas del sur.
Según explica Nacho Espinós, meteorólogo de Meteored, “los registros previstos se sitúan en valores que normalmente solo se alcanzan en julio o agosto”. El aire frío residual que había propiciado algunas tormentas en los últimos días desaparecerá, dejando paso a una dorsal anticiclónica que se reforzará conforme avancen las jornadas. Aunque no se descartan chubascos puntuales en áreas montañosas, no serán suficientes para mitigar el fuerte calor que dominará el conjunto del país.
Las temperaturas más extremas se registrarán en el suroeste peninsular. En ciudades como Sevilla, se espera que los termómetros alcancen los 43 grados, mientras que en Córdoba podrían rondar los 41. El valle del Guadalquivir se convertirá en uno de los epicentros del calor, donde incluso se podrían superar esas cifras. En el valle del Guadiana, se prevé una situación similar, con temperaturas superiores a los 40 grados en numerosas localidades de Extremadura.
En el centro peninsular, el calor también se dejará sentir con fuerza. Madrid podría alcanzar los 38 grados, y en zonas del valle del Tajo, como Talavera de la Reina o Toledo, los 40 grados estarán prácticamente asegurados. Esta tendencia confirma que nos encontramos ante un episodio de temperaturas muy por encima de lo habitual para esta época del año.
No obstante, no todo el país sufrirá del mismo modo esta ola de calor. La costa cantábrica, gracias a su régimen de brisas, se mantendrá al margen del ascenso térmico tan acusado. “La influencia del mar y las corrientes de aire permitirán mantener los valores a raya en esta zona”, señala Meteored. Por ejemplo, en San Sebastián se esperan máximas de alrededor de 25 grados entre el miércoles y el jueves, un claro contraste con el resto del territorio.
La pregunta que muchos se hacen es si este episodio puede considerarse una ola de calor. Por el momento, según los modelos europeos, no hay señales de que la dorsal vaya a retirarse pronto, lo que augura una semana entera con temperaturas muy elevadas. Sin embargo, para que se confirme oficialmente como ola de calor, deben cumplirse ciertos criterios definidos por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), entre ellos que se superen determinados umbrales térmicos en un número concreto de observatorios durante varios días consecutivos.
Espinós subraya que aún es pronto para hacer esa afirmación con rotundidad, aunque advierte de que “todo apunta a una segunda quincena de junio muy cálida, aunque la incertidumbre todavía es considerable respecto a los últimos días del mes”.
Desde Meteored lanzan un llamamiento a la precaución ante la intensidad de este episodio térmico. Se recomienda evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día, así como reducir la actividad física durante esos momentos. Especial atención deben prestar los grupos más vulnerables, como personas mayores, niños y quienes padecen enfermedades crónicas.