Álvaro Carrión se encuentra encerrado en una cárcel de 35.980 km² desde que el 7 de agosto de 2018 se viera envuelto en un accidente con terribles consecuencias. ElPlural.com ha logrado mantener una conversación con él para conocer su situación.

El joven almeriense llevaba dos meses en Taiwan trabajando en su doctorado. Le quedaban tan sólo dos semanas para volver a España. En uno de sus viajes por el país, decidió visitar la ciudad de Tainan con unos amigos, donde alquilaron varias scooters, una práctica popular en los países del sudeste asiático. 

Durante el paseo en moto, una anciana en bicicleta chocó contra él tras incorporarse “sin mirar y sin ninguna indicación” a una avenida en la que no podía circular. Al verla, frenó. Sin embargo, no pudo evitar el golpe provocando que la mujer cayera al suelo y se golpeara directamente la cabeza contra el cemento, dado que no llevaba casco. "Comenzaba la peor experiencia de mi vida”, confiesa el joven almeriense.

Tras dar negativo en la prueba de alcoholemia, Álvaro fue trasladado a comisaría para que le tomaran declaración. Un día después, le anunciaron que el hijo de la mujer, en ese momento en coma en el hospital, le había denunciado por “daño corporal compulso”. Acto seguido, contactó con un abogado. El hecho de ser extranjero provocó una celeridad en el proceso inusual, ya que de volver a España “no podrían reclamarme nada en caso de tener responsabilidad”, dice. Además, le retiraron el pasaporte.

La muerte de la mujer lo cambió todo. Lo que presuntamente sería un proceso rápido ha condenado a Álvaro al aislamiento en una isla asiática. Existe una posibilidad de acelerar el litigio: alcanzar un acuerdo económico con la familia.

Tras analizar los vídeos y las pruebas del accidente, la resolución oficial reconocía una responsabilidad mínima. “La única responsabilidad que me otorgan es la de no tener conmigo la licencia internacional de conducir. Aunque ya he conseguido una nueva licencia internacional, para apelar la decisión de esta responsabilidad”, explica el joven.

El entorno de la víctima juega con ventaja. Sabe de la situación del español y alargar el conflicto les da la posibilidad de obtener una cuantía económica lo antes posible. Si pagas, se termina el caos. Si dejas que el proceso siga los cauces normales, la estancia puede durar varios meses. Cabe destacar que la compañía de seguros ya ha pagado a la familia alrededor de 63.000 euros.

La propuesta de Álvaro se hizo hace dos meses y por valor de 20.000 euros. Todavía no ha obtenido respuesta. “Mi abogada lleva todo este tiempo intentando contactar con su abogado, pero no responde a las llamadas. Según me dijo puede deberse a que no quieran ni negociar, porque estén en una actitud vengativa y que simplemente quieren fastidiarme lo máximo posible con el tiempo. O bien que estén esperando primero la apelación, porque estimen que yo sea responsable”, relata.

“Me encuentro retenido, sin trabajo, sin la posibilidad de volver a casa y también con la preocupación de poder perder mi trabajo del que llevo de baja desde septiembre. Teniendo que tirar de los pocos ahorros que tenía para vivir aquí y con la incertidumbre de no saber cuánto pueda durar el proceso; un proceso del que no soy responsable y del que la única posibilidad real que tengo de acabarlo es sólo si llego a un acuerdo con la familia y que significaría tener que pagar un cantidad de dinero de la que ni mi familia ni yo disponemos”, resume. 

Taiwan es un país no reconocido oficialmente por España, por tratarse de una región sin soberanía popular, ya que China se ocupa de sus asuntos exteriores de forma oficial . Este hecho complica todavía más el poder solventar el problema. Sin embargo, Álvaro ya ha mantenido contacto con estamentos gubernamentales españoles. "Tenemos iniciados varios trámites. Estamos en contacto con la subdelegación del Gobierno de Almería , la Abogacía del Estado y el Ministerio de Justicia. La situación de las relaciones bilaterales España - Taiwan, hace que no haya una serie de mecanismos establecidos. En cualquier otro país, no pasaría", explica. 

También recibe ayuda de la Legal Aid Foundation, un organismo que ayuda económicamente a personas que tienen problemas judiciales como el suyo. "Esta asociación aceptó mi solicitud. Ayudan a personas que no tienen dinero y ayudan a costearte el abogado", afirma. De no resolverse la situación por la vía legal, se contempla la posibilidad de que se pueda ayudarle económicamente a través de un crowfounding: "Mucha gente se ha ofrecido a ayudarme; la valoraremos en caso de no tener un acuerdo".

Álvaro es un hombre relativamente libre. Puede moverse por la isla, pero no puede salir de allí. Mientras tanto, la espera se va eternizando. "La familia de la víctima es consciente de que yo estoy retenido y ellos pueden pedir lo que quieran. Empezamos conversaciones, y reclamaban alrededor de 30.000 euros", indica. 

11.000 kilómetros separan Almería y Taitung. La incertidumbre de no saber cuando volverá a casa es mayor problema que la distancia. Pese a todo, y en un arrebato de ingenio y humor, tan necesario para afrontar su sino, ante la pregunta de qué está aprendiendo con todo esto, responde: "Mucho derecho"