Este domingo se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo lema este año llama a vivir de manera sostenible y en armonía con la naturaleza, un aspecto clave para frenar el cambio climático. Este está teniendo ya serias consecuencias de distinta índole, entre ellas, la aparición de patologías asociadas de tipo infeccioso, cardiovascular y respiratorio.
Desde los hospitales no solo se tratan estas enfermedades, sino que también se trabaja para contribuir al cuidado del planeta mediante la implementación de distintas medidas.
El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid cuenta en este sentido con el proyecto MAS+, Medio Ambiente y Salud, encaminado a reducir el impacto de la asistencia sanitaria en el entorno. Cabe destacar que este sector es responsable del 4,4 por ciento de las emisiones globales netas (2 gigatoneladas de dióxido de carbono) y que, si fuera un país, sería el quinto emisor más grande del planeta.
La iniciativa de este centro hospitalario engloba distintos proyectos que tienen como objetivo “la reducción de la huella de carbono generada por la práctica sanitaria en lo que se refiere a la sostenibilidad del centro y los actos médicos”, resume el Dr. Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología.
Ingeniería y Mantenimiento
Una parte clave de la misma está en la Ingeniería y el Mantenimiento. A este respecto, “nuestro hospital no solamente es pionero en la implementación de sistemas sostenibles de energía que lo hacen más eficiente para disminuir la huella de carbono, sino que cumple con todas las normativas nacionales e internacionales en este sentido”, indica este médico.
Uso térmico de la biomasa
En esta línea, otro de los hospitales públicos madrileños comprometidos con el medioambiente, el Hospital Universitario Infanta Elena, apostó en 2018 por instalar una nueva central térmica de biomasa, integrada en la ya existente. Esta energía, empleada como auxiliar, en combinación con la energía solar térmica como principal, ha permitido reducir las emisiones contaminantes prácticamente a cero, así como los costes de producción de agua caliente. “El ahorro neto anual es de unos 8.600 euros”, apunta Jorge Álvarez Poveda, responsable de mantenimiento.
Paneles fotovoltaicos
El Hospital Universitario General de Villalba, por su parte, ha instalado 627 paneles fotovoltaicos para autoconsumo, que producirán unos 420.000 kwh/ año y permitirán reducir las emisiones de CO2 de 220 Tn/anuales, una medida que se suma a otras como el proyecto de instalar un sistema de gestión en la torre de refrigeración para optimizar el consumo de agua.
Aprovechamiento del agua de diálisis
Y precisamente en el agua se basa otra de las medidas de contribución al cuidado del medio ambiente implementada en esta red de hospitales, que es la que permite emplear el agua de rechazo de las diálisis para el riego por goteo de sus jardines, dado que la reutilización dentro de las instalaciones está prohibida por ley.
Para lograr la depuración necesaria que precisa el agua común del Canal de Isabel II que se emplea en la hemodiálisis se descarta mucha de ella, y aprovecharla ha permitido un importante ahorro.
Desde que se puso en marcha la iniciativa en 2010, en el HUIE se han recuperado y utilizado 2.236,66m³ de agua, lo que traducido a términos económicos supone alrededor de 5.000 euros. Cifras igualmente importantes se manejan en los otros centros, si se tiene en cuenta que en el Hospital Universitario General de Villalba, en 2021, se consumieron 1.657m3 de agua en 9.586 tratamientos. Ese mismo año, en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos el ahorro fue de 905 m3 de agua.
Por otro lado, algunos de los jardines de estos centros han sido renovados y sustituidos por parterres de árido y corteza, que no precisan riego.
Grifos temporizados o con sensores
Otras medidas menores, pero que han influido de manera importante en el ahorro de agua, han sido la instalación de gritos temporizados o con sensores de movimiento y de cisternas WC, de media carga y carga completa.
Gestión de residuos
La gestión de los residuos sanitarios es otro de los pilares fundamentales en el cuidado del medio ambiente. Esta tarea “es compleja, y sus buenos resultados dependen, entre otras cosas, de cambiar los hábitos del personal del hospital, pero también de incorporar a esta ‘cultura’ a los pacientes y acompañantes (reales y potenciales) que atendemos en nuestros centros”, advierte la Dra. María Dolores Martín Ríos, jefa del servicio de Medicina Preventiva de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos, Infanta Elena y Genaral de Villalba.
Todos estos centros cuentan con un Plan de gestión de residuos, en el que está incluida la Comisión de gestión medioambiental, en la que intervienen el servicio de limpieza, mantenimiento, medicina preventiva, salud laboral, calidad, laboratorios, protección radiológica y anatomía patológica.
Se trabaja en varios frentes, explica la Dra. Martín Ríos. “La parte más estructural y operativa tiene que ver con los tipos de contenedores específicos y etiquetas según tipo de residuo, definición de depósitos intermedios y finales, circuitos de retirada, periodicidad, entrega al gestor externo de residuos, verificación del cumplimiento de la gestión de residuos, etc.; y la más complicada, la que depende del propio personal sanitario, se centra en la reducción de los residuos y su adecuada eliminación”.
En este sentido, se trabaja de forma constante en “la mejora del reciclaje de algunos residuos, la incorporación de tecnologías que permitan transformar un residuo biosanitario clase III en asimilable a urbano y la implementación de procedimientos de compras que sean ecológicamente preferibles y que eviten materiales tóxicos, minimizando el uso de envases, usando productos reutilizables y adquiriendo productos reciclados”, relata esta especialista.
El papel tanto de los profesionales sanitarios como de los propios pacientes es muy importante en el correcto reciclaje. “Debemos empezar por reciclar lo que conocemos, los residuos domésticos (vidrio, papel, plástico, orgánico) que también los tenemos en el hospital y que, aunque resulte paradójico, no lo hacemos tan bien como lo hacemos en nuestras casas”, advierte la Dra. Martín, a lo que el Dr. Villar añade la importancia de que el paciente sepa “dónde puede dispensar un tratamiento médico sobrante que no va a utilizar, un inhalador vacío o un blíster que ya no tiene fármacos”.
Mejoras en el uso de gases anestésicos e inhaladores
En lo que respecta a la práctica médica también se han introducido mejoras, por ejemplo, en el uso de gases anestésicos e inhaladores.
“Priorizando siempre la salud del paciente y ante igualdad de beneficios para este, se aumenta la indicación de fármacos anestésicos menos dañinos para el medioambiente frente a aquellos como el óxido nitroso o los gases fluorados, que generan mayor huella de carbono”, apunta el Dr. Villar.
Del mismo modo, se apuesta por la prescripción y manejo de fármacos broncodilatadores o corticoides mediante dispositivos de inhalación que generen menos efecto invernadero, es decir, “inhaladores de polvo seco (DPI) o de niebla fina (SMI), en detrimento de los de dosis medida presurizados (pMDI), que utilizan como propelentes los hidrofluorocarbonos”, aclara.
En este sentido, pone un ejemplo más que clarificador: “El uso de un inhalador pMDI durante un mes equivale a la huella de carbono que genera un coche que debe recorrer una distancia de unos 300 kilómetros, mientras que la utilización el mismo tiempo de un inhalador DPI o SMI genera la que recorrería el mismo vehículo a lo largo de solo 6 km”.
Digitalización
Otra manera de contribuir a la preservación del planeta es la apuesta por los servicios no presenciales. La teleasistencia, la e-consulta, trabajar en digital, sin papeles o empoderar al paciente como gestor de su propio proceso de salud a través de una aplicación, como la que tienen estos centros hospitalarios, que optimiza la comunicación con el centro, disminuyendo desplazamientos, también contribuye a reducir la huella de carbono.
Concienciación y comunicación
Por último, cabe hacer mención también a las iniciativas que tienen que ver con la concienciación y la comunicación.
Desde estos centros hospitalarios se han puesto en marcha campañas internas dirigidas a los profesionales a través de las pantallas de información y se trabaja en la colaboración con otras instituciones, organismos y empresas, públicos o privados, “para que el lenguaje llegue más allá”.