Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en los países desarrollados y se encuentran entre las patologías más prevalentes atendidas en Atención Primaria.

Saber cómo prevenirlas y cómo detectar las primeras señales de alerta es fundamental y la razón por la que el Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña, ha decidido elaborar un mapa de riesgo cardiovascular.

“El objetivo es, por un lado, ofrecer a los pacientes recomendaciones o consejos que contribuyan a reducir a largo plazo las probabilidades de sufrir una enfermedad asociada al corazón o los vasos sanguíneos, y, por otro, informar y alertar precozmente a los médicos de Atención Primaria de aquellos casos en los que se detecte mayor riesgo cardiovascular ”, explica el Dr. Jesús Fernández-Tabera, director de Continuidad Asistencial.

Para ello se han empleado nuevas tecnologías como el Big Data y la Inteligencia Artificial, que permiten desarrollar un modelo predictivo que aprovecha todos los datos que constan en las historias clínicas de los pacientes. “A través de diferentes algoritmos, se obtiene un valor que indica la probabilidad de que un paciente sufra un evento cardiovascular como un infarto, una angina de pecho o una muerte súbita en los próximos años”, detalla este especialista.

Detectar y actuar

Partiendo de esa información, se elabora un mapa del área de referencia de este hospital, por localidades, centros de salud, médicos de familia y pacientes. Un sistema de colores, que va desde el verde-el menor riesgo- hasta el rojo-el mayor-, identifica zonas y pacientes concretos con mayor probabilidad de sufrir un evento cardiovascular en 5 o 10 años, según las escalas utilizadas.

Mapa de riesgo cardiovascular del área de referencia del HUGV

Como el sistema determina automáticamente si hay una posibilidad baja, media o alta de que la persona sufra una patología de estas características, cuando el valor es muy elevado se le envía una hoja de recomendaciones sobre hábitos saludables.

A través del Portal del Paciente, la aplicación de desarrollo propio que constituye la principal herramienta de comunicación con el hospital, los interesados también pueden conocer cuáles son sus probabilidades. “Cualquier paciente que tenga descargada nuestra aplicación puede acceder a ella para calcular y conocer su riesgo cardiovascular ingresando datos como su edad, género, valores de tensión y colesterol y si es diabético o no”, precisa el Dr. Fernández-Tabera.

De forma paralela, además, se envían los resultados al médico de Atención Primaria, “que es quien mejor conoce cómo manejar los riesgos cardiovasculares de cada paciente concreto”, insiste.

La ventaja del proyecto, por tanto, es doble. Permite detectar el riesgo e instar a tomar medidas que mejoren la salud del individuo de forma personalizada.

Apuesta por la prevención

El mapa de riesgo cardiovascular es una de las muchas iniciativas que el Hospital Universitario General de Villalba ha puesto en marcha para promover la salud de la población. 

Con ese mismo objetivo se han creado también los programas de Diagnóstico Precoz de Cáncer de Mama (Deprecam)-que permite identificar las posibilidades de padecer un tumor gracias a un screening-, de Cáncer de Pulmón (Deprecap)- uno de los tipos que más muertes produce, hasta el 25% de los fallecimientos por causa oncológica- y de Cáncer de Colon (Prevecolon), que a través de un análisis de sangre oculta en heces cita automáticamente a los pacientes que dan positivo para evaluar su riesgo y practicarles una colonoscopia.

A estos proyectos hay que sumar el Programa de Prevención de Enfermedad Renal Crónica- que busca dar a conocer una patología que a menudo pasa desapercibida por el escaso conocimiento de la misma que tiene la población general- y otras iniciativas como C-Salud y la Escuela de Salud, dirigidas a las patologías más prevalentes con el fin de actuar en etapas tempranas de forma preventiva, predictiva y personalizada.

Hay iniciativas de diversos tipos, y no siempre pensadas exclusivamente para los pacientes. “También para personas que se van a enfrentar a una intervención quirúrgica o para los cuidadores”, subraya el Dr. Fernández-Tabera.

A través de todas ellas, se fomenta en la población el autocuidado y el conocimiento de la propia enfermedad.

El reto de cara al futuro es continuar aprovechando las nuevas tecnologías para implementar nuevos programas de prevención que mejoren la experiencia y la salud del paciente.

“La revolución que aporta el Big Data permitirá estandarizar los procesos de derivación más frecuentes y ofrecer una medicina precoz, personalizada y del mayor nivel de excelencia”, concluye el director de Continuidad Asistencial del HUGV.